Hospitales y clínicas del sistema de salud del país disminuyeron la detección y seguimiento a enfermedades distintas al Covid-19 entre 20 y hasta 50% durante el primer semestre del año. Esto implica que miles de personas podrían padecer obesidad, diabetes, VIH, depresión, cánceres, desnutrición, alzhéimer, u otras enfermedades sin haber sido diagnosticadas.
La baja en la detección de enfermedades comenzó en marzo —cuando se detectó el primer caso de Covid en México— y, desde entonces, la situación solo se ha agravado. Expertos y autoridades advierten que no se trata de un descenso de la presencia de enfermedades, sino que factores como la reconversión de hospitales para atender la pandemia, la cancelación de citas programadas, y el temor de ir a las clínicas llevó a hacer menos diagnósticos.
Este año cerraría con la cifra más baja de consultas dadas en las unidades de salud de los últimos 16 años, de acuerdo con datos del anexo estadístico del Segundo Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El diagnóstico de menos enfermedades es una muestra más del impacto de la pandemia en México, a ello se suma el aumento en el número de muertes en 2020 en comparación a los fallecimientos del año anterior, y la falta de atención hospitalaria y de urgencias, como se publicó en entregas anteriores.
Los boletines de vigilancia epidemiológica que la Secretaría de Salud publica cada semana, para monitorear los nuevos casos de un centenar de distintas enfermedades, dan cuenta de cómo disminuyó en México la detección de padecimientos. Por ejemplo, en el primer semestre de este año se detectaron 173 mil 033 casos nuevos de diabetes tipo II, 60 mil casos menos que en el mismo periodo de 2019.
Hasta marzo de este año los diagnósticos mensuales de este tipo de diabetes registraban alzas de 1 a 4% en comparación con 2019, pero para mayo ya habían caído 22% y en julio 28%.
Y no es el único caso: los diagnósticos de cáncer de útero en el primer semestre de este año son 1 mil 184, 37% menos que en el mismo periodo de 2019. Los de cáncer de mama, que hasta marzo pasado había 10% más que el año anterior, a junio ya eran 20% menos.
En cuanto a padecimientos del corazón, en el primer semestre de este año se diagnosticaron 23 mil 342 casos, 13 mil menos que en 2019. Mientras que en enero los diagnósticos habían aumentado 8%, para julio el descenso ya era de 40%.
Y aunque la obesidad es una de las enfermedades que las autoridades han señalado como causa de complicaciones en caso de contagio de Covid19, su diagnóstico también ha ido a la baja. Los casos registrados en los primeros seis meses de 2020 son 214 mil 779, mientras que un año antes sumaban 369 mil 025.
Sobre VIH, la Secretaría de Salud publica el documento Informe VIH-SIDA 2020 en el que se reporta la detección de 1 mil 718 casos durante los primeros seis meses de este año, mientras que en todo 2019, según el mismo informe, hubo 6 mil 443 nuevos casos. Si se saca un promedio diario, eso implica que el diagnóstico en 2020 se redujo la mitad.
Reconversión hospitalaria y miedo
La caída en los registros de nuevas enfermedades no significa que, de un año a otro, México se convirtió en un país más sano, sino que el sistema de salud no los está detectando ni atendiendo y eso traerá consecuencias tanto para los enfermos como para la administración pública, coinciden especialistas.
Las razones de esta caída pasan necesariamente por la pandemia, por la reconversión hospitalaria para enfocarse en atender a pacientes Covid y por el temor de las personas a contagiarse al acudir a un hospital, dijeron funcionarios públicos de Oaxaca y Guerrero, quienes atendieron a las entrevistas solicitadas. Para este reportaje también se buscó a la Secretaría de Salud Federal —que no atendió la petición—, y a la de Ciudad de México, que dijo que responderán este viernes 4 de septiembre.
El subdirector de los Servicios de Salud de Oaxaca, Juan Carlos Márquez Heine, confirmó que con el arranque de la pandemia comenzó a caer de forma notoria la cifra de personas que buscaban asistir a una consulta normal o de urgencia.
“La gente comenzó a dejar de acudir a los centros de salud y a las unidades médicas para recibir atención. Empezamos a ver una disminución en los diagnósticos de manera temprana de ciertas enfermedades. O de la continuidad en el tratamiento de enfermedades ampliamente conocidas”, dijo.
Márquez Heine atribuyó esta situación principalmente al miedo de las personas a contagiarse. Incluso dijo que notó un descenso en la atención de mujeres embarazadas, porque ellas no acudían al seguimiento prenatal por miedo a contraer el virus.
El secretario de Salud de Guerrero, Carlos de la Peña Pintos, dijo que por recomendación del Consejo Nacional de Salud decidieron suspender diversos procedimientos en hospitales que fueron reconvertidos para atender Covid, lo que provocó un descenso en los diagnósticos.
El objetivo detrás de estas decisiones, explicó, era evitar la saturación de hospitales de enfermos por Covid19, como se registró en otros países, y a su vez, no exponer al contagio de este nuevo virus a personas que tal vez podían acudir por otra enfermedad.
“La experiencia que observamos en otros países nos dejó claro la importancia de tener el suficiente espacio en otros hospitales para atender a los pacientes y que se debía tener áreas especiales separadas en una ruta diferente y con filtros (…) ante esta circunstancia se tomó la determinación de suspender las consultas externas programadas, así como suspender la cirugía programada”, aseguró de la Peña.
En Guerrero, aproximadamente el 55% de las consultas externas de especialidad se suspendieron. Lo que se mantuvo vigente fue la atención de situaciones verdaderamente urgentes como los heridos en percances vehiculares o personas cuya vida estuviera en riesgo.
Consecuencias a mediano y largo plazo
Para Malaquías López-Cervantes, epidemiólogo y académico del departamento de Salud Pública de la UNAM, el que la gente deje de ir a consultas por miedo o por decisión de la propia autoridad se vuelve particularmente delicado dado que en México la medicina preventiva es nula y solo con la consulta externa y de especialidad se detecta, en muchos casos, padecimientos graves.
“La gente necesita hospitales y la consulta porque de otra forma no hay sistemas de prevención que permitan identificar antes esos casos. El sistema de salud en México esta basado en hospitales”, señaló.
El doctor e investigador Alejandro Macías, quien lideró la estrategia contra la pandemia de influenza en 2009 en México, advirtió que el déficit en el diagnóstico de nuevos padecimientos como la depresión o cánceres puede tener consecuencias que hoy no son tan claras, pero que en el mediano y largo plazo pueden traer repercusiones a la salud pública.
“En muchos casos puede ser que la consecuencia no sea tan grave. Tal vez los piquetes de abeja y ese tipo de situaciones donde lo más probable es que no haya pasado nada. Pero en lo que se refiere a la atención de las enfermedades crónico-degenerativas e inclusive de algunos accidentes y traumas, seguramente puede haber alguna consecuencia a largo plazo”, dijo Macías.
Macías añade que, difícilmente, podría haberse encontrado una solución menos costosa para la salud pública, pues México enfrenta una carencia sistemática de recursos humanos y materiales que hace muy complicado enfrentar un fenómeno de por sí extraordinario como lo es la pandemia de Covid.
“Estamos creando una deuda que va a ir creciendo de muchas enfermedades que primero, no se detectaron a tiempo, y segundo de la gente que ya tiene una enfermedad crónica, que no han recibido la atención adecuada. Y eso seguramente tendrá consecuencias para la salud pública”, indicó.
En el mismo sentido, el analista en políticas de Salud Pública, Xavier Tello, consideró que la caída en los casos no detectados tendrá múltiples consecuencias en el mediano y largo plazo, y que van desde la pérdida de las tendencias orgánicas de cada enfermedad monitoreada —lo que impide saber si realmente se agravó o no un padecimiento—, hasta la falta de atención oportuna de cada persona enferma.
De acuerdo con datos del Segundo Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se estima que 2020 puede terminar con un descenso de hasta 18 millones de consultas externas en las unidades públicas del país respecto al registro del año pasado. Es la cifra más baja de los últimos 16 años.
Sin embargo, Antonio Ramos-De la Medina, director Médico del Hospital Español de Veracruz y del Centro de Investigación en Cirugía Global, advierte que la decisión de volcarse en la atención hacia la pandemia “fue la correcta”, pues se trataba de evitar “una ola de pacientes que iban a llegar de golpe a las instituciones y el aumento en el riesgo de mortalidad de pacientes quirúrgicos”.
De acuerdo con un estudio del National Institute of Health Research Unit on Global Surgery (NIHR GSU) del Reino Unido, al que pertenece Ramos, 51% de los pacientes sometidos a alguna intervención con infección perioperatoria por Covid podrían presentar complicaciones pulmonares y 24% podrían fallecer en los 30 días posteriores.
Sin embargo, ha faltado una estrategia de planeación para responder al rezago que tenemos porque ahora “lo que tenemos son pacientes que tienen tres o cinco meses de haberse esperado para recibir atención, entonces son casos más avanzados; o gente que no acudió por miedo, ahora llegan con enfermedades más complicadas”.
De hecho, el estudio del Centro de Investigación de Cirugía Global con base en modelos estadísticos advierte que tomará tres años y medio la recuperación de las 183 mil cirugías canceladas en el país, siempre y cuando el sistema de salud se reactive de inmediato.
¿Qué hacer para remediarlo?
Antonio Ramos-De la Medina advierte que para solucionar el rezago se necesita, primero, tener información precisa y rápida para establecer una estrategia conjunta en un sistema de salud tan fragmentado como el mexicano, donde el IMSS, el ISSSTE, ahora el INSABI, los hospitales estatales e institutos “no se hablan entre ellos”.
“Que todo el sistema de salud trabajara de manera conjunta para ir atendiendo por áreas el rezago. De alguna manera el Gobierno Federal hizo un intento en que algunos hospitales privados prestaron sus servicios para algunas cirugías, pero eso sólo soluciona una pequeña parte del catálogo de procedimientos”.
En lo local, algunas autoridades están diseñando sus propias estrategias para diagnosticar a los nuevos pacientes. En Oaxaca, por ejemplo pusieron en marcha un plan de brigadas de salud que visitan las casas para tratar de identificar a la población en riesgo.
“Vimos que había pacientes diabéticos que se estaban comenzando a descontrolar porque preferían quedarse en casa sin la medicina. Entonces el objetivo de estas brigadas es identificar a esas personas y llevarles los medicamentos. Es una consulta muy básica pero sirve para no perder seguimiento”, explicó el subdirector de los Servicios de Salud de Oaxaca, Márquez Heine.
Espera que con el regreso del personal médico que se ausentó de sus labores por tener algún factor de riesgo ante Covid, y conforme se avance en la desconversión de hospitales, se podrá diseñar una estrategia para tratar de agilizar las consultas médicas.
En el caso de Guerrero, el secretario de Salud afirmó que reactivarán las consultas, cirugías y otros procedimientos pospuestos sólo hasta que el estado alcance el semáforo verde, y aún así, no podrán realizarse de la misma forma que antes de la pandemia.
“No se pueden tener salas llenas de espera. Tiene que reprogramarse la consulta con toda la molestia que esto signifique, pero para evitar contagios debemos reprogramar la consulta con mucho espacio. La calendarización de la consulta debe hacerse de tal manera que no concentre un volumen importante de personas en las áreas de consulta externa. Y si hay 100 lugares ocupar solo 30 y respetando horarios estrictamente. Sin aglomeraciones y sana distancia”, explicó el funcionario.