Un juez federal concedió una suspensión a una trabajadora de la salud que se encuentra en etapa de lactancia para no ser obligada a reincorporarse a su empleo presencial en el Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, ubicado en la Ciudad de México, que fue convertido en su totalidad para atender a pacientes con COVID-19.
Silvia Adriana Hernández Cervantes, quien se desempeña como médica paliativista, presentó la solicitud de amparo indirecto el pasado 3 de agosto en contra del director de Recursos Humanos del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, y también en contra del ISSSTE y de las Secretarías del Trabajo (STPS) y de la Función Pública (SFP).
La médica de 34 años, quien tuvo a su hijo hace cuatro meses y se encuentra en etapa de lactancia, señaló que la suspensión provisional le fue concedida este lunes por el Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México.
Hernández Cervantes demandó a diversas dependencias del gobierno federal debido a que elaboraron una “guía” para el retorno al trabajo presencial en la que las mujeres en periodo de lactancia materna ya no son consideradas población en riesgo ante la COVID-19.
Si el Poder Judicial concede el amparo, ello sentaría un precedente que les permitiría a más madres trabajadoras en lactancia continuar laborando de manera remota durante la pandemia.
“Empezando este mes fui a preguntar a Recursos Humanos cómo iba a quedar la situación de las mamás en la etapa de lactancia, me dicen que no estamos contempladas para continuar laborando desde casa o de permiso para no asistir”, comentó Hernández Cervantes en entrevista.
“Yo les comenté que la lactancia es un derecho, que tengo a mis hijos pequeños, y me dijeron que no, que tengo que presentarme a trabajar, y fue por eso que solicité el amparo. Me comentaron que habían salido unas guías para reincorporar al personal y que en esas guías ya no se consideraba la lactancia como personal vulnerable resguardado en casa”.
En efecto, los “Criterios para las poblaciones en situación de vulnerabilidad que pueden desarrollar una complicación o morir por COVID-19 en la reapertura de actividades económicas en los centros de trabajo”, elaborados por el gobierno federal, establecen que las mujeres trabajadoras deberán presentarse a laborar físicamente tras concluir su licencia por maternidad, que dura tres meses, a pesar de que la lactancia puede extenderse por más tiempo.
El documento argumenta que en bebés lactantes es muy bajo el riesgo de contraer COVID-19, además de que no hay evidencia de que la enfermedad se pueda transmitir vía alimentación del seno materno; también señala que en México la mayoría de los bebés recibe fórmulas, leche de vaca u otras bebidas azucaradas durante los primeros seis meses de vida y no necesariamente leche materna.
Desde el pasado 3 de agosto, Hernández Cervantes ha acumulado faltas en el hospital porque decidió no presentarse a trabajar y quedarse con su hijo recién nacido. De hecho, comentó, el personal de Recursos Humanos la amagó con ser despedida.
“Me habían comentado que, en caso de no presentarme a trabajar, podía incurrir en faltas y que eso me podía llevar a una rescisión de contrato”, acusó.
Aunque, de acuerdo con el propio ISSSTE, el Centro Médico 20 de Noviembre sí cuenta con salas de lactancia, la médica afirmó que el hecho de que haya sido transformado en hospital COVID lo vuelve un lugar inseguro para ella y para su hijo.
“El hospital es COVID, hay todavía muchos pacientes en esa situación, no hay un lugar seguro para que yo pueda ejercer la lactancia”, sostuvo.
La médica, que es madre de otros dos hijos de 2 y 4 años, consideró que el Estado la desprotegió porque no hay guarderías y no cuenta con nadie que le ayude a cuidar a los menores.
“Es inconstitucional (la orden de reincorporarse al trabajo presencial), porque se menciona en la Ley Federal de Salud que, cuando se decrete una contingencia sanitaria, las mujeres en etapa de embarazo o lactancia deben ser consideradas como personal que debe estar bajo cuidado o protección de la salud, aparte de que mis hijos están pequeños, ellos también tienen derecho a la salud, ya que, siendo yo la que se encarga de ellos ahorita que están bajo mi protección, tienen derecho a que yo los cuide”, explicó.
“Siento que sí nos están dejando a un lado (a las madres lactantes); al inicio de la pandemia sí nos daban esa protección porque nos consideraban dentro de los criterios para que nos resguardáramos, y ahorita que nos quitan de estas guías sí queda desprotegida esa parte de la lactancia”.
Este medio preguntó al ISSSTE si reconsideraría su posición y concedería el permiso de trabajo remoto a la médica tras la decisión del juez, pero el área de comunicación social no envió un posicionamiento hasta ahora.