El Primer Ministro libanés Hassan Diab presentó el lunes su renuncia junto con varios integrantes del Gabinete en medio de la indignación pública contra la élite política del país tras la devastadora explosión en Beirut la semana pasada.
Diab acudió al palacio presidencial para presentar la renuncia del grupo del Gabinete, informó el Ministro de Salud Hamad Hassan. Esto sigue a un fin de semana de protestas en contra del Gobierno tras la explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut, que causó una extensa destrucción, mató por lo menos a 160 personas y lesionó a otras 6 mil.
El momento representa el dilema político que vive Líbano. Desde octubre, ha habido enormes manifestaciones para exigir la salida de todo el liderazgo basado en sectarismo por la arraigada corrupción, incompetencia y mala administración.
Sin embargo, la oligarquía gobernante se ha mantenido en el poder durante tanto tiempo — desde que terminó la guerra civil en 1990 — que es difícil encontrar una figura política creíble sin vínculos con ellos.
Aunque la renuncia de Diab parecía inevitable tras la catástrofe, parecía poco dispuesto a salirse y hace tan sólo dos días dio un discurso televisado en el cual ofrecía quedarse durante dos meses para permitir que varias facciones llegaran a acuerdos para las reformas. Sin embargo, la presión al interior de su Gabinete pareció ser demasiada.
El Gobierno de Diab fue formado después de que su predecesor, Saad Hariri, renunciara en octubre en respuesta a las manifestaciones. Pasaron meses de disputas entre las facciones de liderazgo antes de que escogieran a Diab.
Su Gobierno, que recibió apoyo de grupo armado Hezbollah y sus aliados y era considerado unilateral, básicamente estuvo condenado desde el inicio, cuando recibió la tarea de cumplir demandas para reformas compuestas por todas las facciones que los reformistas quieren expulsar.
“Espero que el periodo provisional no sea largo porque el país no puede soportarlo. Esperemos que un nuevo Gobierno se forme rápidamente”, dijo el Ministro de Obras Públicas Michel Najjar a la prensa. “Un Gobierno efectivo es lo menos que necesitamos para salir de esta crisis”.
Durante las protestas del fin de semana hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que rociaron gas lacrimógeno a los manifestantes.
Se cree que la explosión fue causada por un incendio que detonó una reserva del muy volátil nitrato de amonio. El material estaba almacenado en el puerto desde 2013 con pocas medidas de seguridad a pesar de las varias advertencias de peligro.