Los exmandos de la Policía Federal, Ramón Pequeño García y Luis Cárdenas Palomino, ambos cercanos a Genaro García Luna, fueron acusados por las autoridades de Estados Unidos por tener presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con la acusación judicial, autoridades de Estados Unidos señalan a García Luna, junto con Pequeño García y Cárdenas Palomino de colaborar con el Cártel de Sinaloa de al menos cuatro formas:
- No interferir con el tráfico de droga del Cártel de Sinaloa principalmente en los envíos que tenían como destino los Estados Unidos.
- Proporcionar información confidencial sobre operativos policiales contra la organización criminal.
- Dirigir sus acciones contra los miembros de cárteles rivales para su detención, en lugar de perseguir al Cártel de Sinaloa, así como proporcionar información sobre acciones contra grupos rivales.
- Colocar a funcionarios cooptados en puestos clave de poder para que Cártel pudiera controlar sus acciones.
De acuerdo con el Tribunal del Distrito Oriente de Nueva York, hay evidencias que demuestran que Pequeño García y Cárdenas Palomino, junto con García Luna, protegían a la organización criminal, cambio de millones de dólares en sobornos.
“En lugar de combatir a los carteles habían estado colaborando y aceptando sobornos de ellos”, expone el documento.
De acuerdo con la periodista de Propublica Ginger Thompson, Ramón Pequeño García fue el encargado de supervisar las unidades antinarcóticos que fueron examinadas por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos y que estaban relacionadas con dos ataques registrados en México que dejaron decenas de muertos.