Hace años, Thomas Cook y Joseph Feeney hicieron un pacto: si uno de ellos ganaba la lotería, dividirían el premio. Y se estrecharon las manos para sellarlo.
Veintiocho años después, Cook mantuvo su palabra.
Este hombre de Elk Mound, Wisconsin, ganó la enorme suma de 22 millones de dólares jugando al Powerball.
Y, fiel a su palabra, se contactó con su viejo compañero de pesca Feeney.
“¿Me estás molestando?”, preguntó un incrédulo Feeney, según un comunicado de una oficina de la Lotería de Wisconsin publicado el jueves.
Los dos amigos habían estado comprando boletos cada semana y se sorprendieron de que finalmente habían tenido suerte.
Después de que asumieron la realidad, Cook hizo lo que cualquier estadounidense trabajador haría: ¡renunció a su empleo!
Ahora disfruta de la vida junto a Feeney, un bombero retirado.
El par de amigos eligió la opción del premio en efectivo que totalizaba 16,7 millones de dólares, lo que significa que cada uno se llevó a casa unos 5,7 millones de dólares después de descontar impuestos.
¿Qué grandes planes están tramando estos dos amigos ahora? La respuesta es simple: pasar más tiempo juntos.
Los viejos amigos y sus esposas hicieron un viaje por carretera hace algún tiempo, y planean repetirlo.
Pero esta vez, en lugar de un Chrysler PT Cruiser convertible, pasearán en algo más elegante.