La industria farmacéutica mexicana cuestionó este domingo la decisión del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador de comprar medicamentos al extranjero con el argumento de evitar la corrupción.
“Las dificultades de abasto observadas en algunos grupos de bienes terapéuticos que demandan los mexicanos, a través de las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud (SNS), se deben a la falta de planeación y transparencia”, afirmó un comunicado firmado por las asociaciones de la industria.
La Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), la Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos (Anafam) y la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) respondieron a los señalamientos del Gobierno.
La Secretaría de Salud (SSa) anunció esta semana que prepara la compra consolidada de medicamentos para el 2021 con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La dependencia informó de un presupuesto de 60.000 millones de pesos (unos 2.660 millones de dólares) para la compra de medicinas para el próximo año.
Ante las denuncias del desabasto de medicamentos en instituciones públicas que ha afrontado su administración, en particular para cáncer y VIH, el presidente López Obrador responsabilizó a la corrupción de las empresas.
“Se nos ha dificultado porque era mucha la corrupción en la compra-venta de medicamentos, pero algo escandaloso, de miles de millones de pesos y los que se beneficiaban con la venta de medicamentos están molestos, hay hasta campañas en medios hablando de la escasez”, dijo en rueda de prensa.
Sin embargo, la industria farmacéutica respondió este domingo que los problemas están en los procesos de adquisición de las entidades públicas en este último año y medio.
Como prueba, citó que para el abasto de 2020 solo hubo licitaciones públicas para 30 % de los requerimientos, mientras el 70 % restante adjudicó de forma directa.
“Las compras discrecionales en el extranjero no resolverán el problema del abasto y sí pueden provocar un grave daño a la industria farmacéutica establecida en México y la pérdida de la soberanía sanitaria”, argumentaron las asociaciones.
Con 250 plantas y 600.000 empleos directos e indirectos, la industria afirmó producir con alta calidad y precios competitivos.
No obstante, indicó que los medicamentos y dispositivos tienen una fecha de caducidad que impide su almacenamiento, por lo que el Gobierno debe planear las compras.
“Para contar con ellos se precisan, con anticipación y meses de planeación, contratos que generen certeza de producción para preparar la disponibilidad que demanda la población mexicana”, insistió la industria.
México es el octavo productor de insumos médicos a nivel mundial y el primero en Latinoamérica, según la Canifarma, que reporta una inversión anual promedio de 38.000 millones de pesos (1.685 millones de dólares) en todas las especialidades del sector farmacéutico.