Un grupo de 300 presuntos normalistas de Ayotzinapa irrumpió en el Congreso de Guerrero, ubicado en Chilpancingo, en donde generaron destrozos en las instalaciones.
Este grupo ingresó con cohetones y bombas molotov, lo que provocó que se incendiara la caseta de vigilancia, además de causar destrozos en ventanas de oficinas y la fachada de una de las entradas.
A las 11:00 h, más de 300 jóvenes llegaron al recinto legislativo en más de cinco autobuses y llevaron a cabo un mitin, en el que reclamaron al presidente Andrés Manuel López Obrador que no haya resuelto el caso de la desaparición de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Los jóvenes exigieron avances en la investigación y acusaron al mandatario de solo sobrellevar el caso y usarlo como cortina de humo durante la pandemia de COVID-19.
Tras el mitin, un grupo de jóvenes ingresaron con colchones al inmueble, lanzaron cohetones y bombas molotov, y rociaron gasolina.
La acción de los presuntos normalistas obligó a suspender la sesión de la Comisión Permanente del Congreso y desalojar a los trabajadores.
Al lugar acudieron bomberos municipales para sofocar el fuego, así como policías estatales para resguardar el inmueble.
El gobernador Héctor Astudillo Flores reprobó estos hechos en el Congreso estatal y dejó en claro que “a ningún guerrerense es agradable volver a ver este tipo de actos de violencia” y compartió su deseo de que se haga justicia en el Caso Ayotzinapa.
Astudillo Flores aseguró que “ha costado mucho trabajo, mucha laboriosidad política estabilizar el estado”, y convocó a los jóvenes a reflexionar ya que las autoridades se han comprometido a resolver el caso.