Una tatarabuela de 103 años en Massachusetts, Estados Unidos, se recuperó milagrosamente del coronavirus y celebró su triunfo tras estar al borde de la muerte tomándose una cerveza helada, informó Wicked Local.

Jennie Stejna fue la primera persona en dar positivo por coronavirus y la primera en recuperarse en el hogar de ancianos Life Care Center de Wilbraham, donde vive. La anciana, de origen polaco y fanática de los Red Sox, presentó fiebre leve hace tres semanas y de inmediato fue aislada en la unidad de pacientes con covid-19 del asilo.

Shelley Gunn, una de las nietas, relató al medio local que su abuela no comprendía qué era el coronavirus aunque sí notaba que estaba muy enferma. “Ella siempre tuvo ese espíritu luchador. Ella no se rindió”, describió.

Otro de sus nietos, Dave Stejna, también dijo al New York Post  que Jennie, quien usa una silla de ruedas y es ciega, se caracteriza por ser “luchadora y tenaz”.

“Ella es legendaria de muchas maneras diferentes. Ella dice lo que piensa y no aguanta nada”, afirmó al medio.

ABUELA BRINDA POR HABER VENCIDO EL CORONAVIRUS

A medida que los días transcurrían, la salud de la matriarca con dos hijos, tres nietos, cuatro bisnietos y tres tataranietos, comenzó a deteriorarse rápidamente, por lo que sus familiares la llamaron para darle un último adiós a principios de mayo.

“Teníamos esperanzas, pero luego las cosas comenzó a tender a la baja, así que nos preparamos para lo peor. Perdió el apetito y lograr que se mantuviera hidratada fue un desafío”, añadió David.

Cuando el esposo de Shelley, Adam Gunn, le preguntó a Stejna si estaba preparada para ir al cielo, esta le contestó decidida: “¡Demonios, sí!”.

Sin embargo, contra todo pronóstico, la polaca comenzó a recuperarse hasta que el 13 de mayo fue declarada libre de coronavirus tras combatir la enfermedad durante 20 días.

Para celebrar su victoria sobre el virus letal, el personal del asilo le dio a la abuela una Bud Light fría, una bebida que “amaba pero que no había tenido en mucho tiempo”, confesó Gunn.

“Se la llevó a los labios y dijo: ‘Oh, eso está frío. Es bueno cuando está fría”, recordó David.

“Ella decía: ‘Tienes que tomar una cerveza fría cuando hace calor durante el verano. Más tarde en el día ella decía: ‘Creo que voy a partir una cerveza’. Ella nunca decía: ‘Voy a tomar una”.

Asimismo, contó que en ocasiones su abuela le preguntaba por qué aún seguía viva y él le contestaba que era porque Dios todavía tenía un plan especial para ella.

“No para ser todo existencial, pero le diría que ‘Dios tiene un propósito para ti y todavía no ha terminado contigo’. Mientras ella atravesaba esto, creo que podríamos haber encontrado su propósito. Y eso es dar a las personas un rayo de esperanza. Existe la percepción de que esta enfermedad es una marca escarlata, y si las tienes, se acabó”.