Tres de cada 10 mexicanos presentaron síntomas de ansiedad o depresión en los primeros días de la Fase 2 de la epidemia de coronavirus en México, revela el estudio Impacto del COVID en el bienestar de la población mexicana, elaborado por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), de la Universidad Iberoamericana.
De acuerdo con la encuesta, hecha a 800 personas de 18 años o más por teléfono móvil, 29% de las personas se identificaron con síntomas depresivos y el 32.4% de la población presentó síntomas severos de ansiedad, a quienes se les proporcionó un número de contacto para recibir atención psicológica.
La encuesta generó información sobre los impactos del COVID en el bienestar de la población mexicana en los rubros de empleo y desocupación, ingreso, seguridad alimentaria y salud mental.
Respecto al último, el estudio alertó que el aislamiento, las presiones económicas y la incertidumbre pueden tener graves consecuencias en la salud mental de la población.
Del 32.4% de la población que presentó síntomas severos de ansiedad, las mujeres representaron un porcentaje mayor (37.4%), frente al 27% en los hombres, mientras que la población de mayores niveles socioeconómicos presentó menores niveles de ansiedad.
Un 46.3% de los encuestados señaló que cree “muy probable o probable” que se infecte de COVID-19 y 49.7% tiene una “preocupación muy alta” (8 o más en una escala del 0 al 10) de que su salud se vea afectada por el coronavirus.
En la conferencia virtual donde se presentaron los resultados, estuvieron Graciela Teruel, de EQUIDE; Ricardo Fuentes, de OXFAM México; Roberto Vélez, del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, y Rogelio Gómez Hermosillo, de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
¿Quiénes pueden cumplir con la Sana Distancia?
El 64.4% de la población reportó poder cumplir con las medidas de distanciamiento social y resguardarse en su domicilio hasta el 30 de abril, fecha inicial de regreso a actividades.
No obstante, entre las principales causas para no cumplir con las medidas de sana distancia, la necesidad de salir a trabajar o buscar trabajo (90.4% delas menciones) ocupó el primer lugar.
Mientras que 6 de cada 10 señaló que podría quedarse en su domicilio, solo 45% de los hogares reportaron tener los recursos para cumplir con la Jornada Nacional de Sana Distancia. Expusieron necesitar al menos 6,558 pesos para poder mantenerse en sus hogares, mientras la mediana fue de 5,000 pesos.
Roberto Vélez expresó solo una quinta parte puede hacer trabajo en casa, y que generalmente, están más expuestos los que de por sí en términos económicos son los más afectados.
El impacto del COVID en los hogares
De acuerdo con la encuesta, en la primera quincena de abril, entre 5.2 y 8.1 millones de personas perdieron su empleo o “fueron descansadas” o no pueden salir a buscar trabajo por la contingencia, mientras que entre octubre y diciembre de 2019, solo 1.9 millones de personas estaban desempleadas.
El 37.7% de los hogares comentó que uno o más de sus integrantes perdió su empleo o alguna fuente de ingresos, mientras que el 30.1% consideró “muy probable o probable” que alguien de su hogar pierda su empleo.
Ricardo Fuentes-Nieva expuso que la situación afecta a personas en situación de pobreza y vulnerabilidad en mayor grado, pero no solo a ellos, sino a los casi 100 millones de personas que tienen algún tipo vulnerabilidad.
“Es una crisis multifacética, no solo es crisis de empleo, dado el nivel de informalidad, es una crisis de medios de vida. Es una crisis de cómo asegurar que se tiene acceso básico a la supervivencia, a la comida”, afirmó.