El Cártel Jalisco Nueva Generación sigue dando muestra del manejo de la mercadotecnia a su alcance, con videos publicados en distintas plataformas sociales.
Este miércoles, la incertidumbre y el caos se apoderaron de Magdalena de Kino, Sonora, y se extendieron por todo el país en la medida en que las imágenes se propagaron por las redes sociales: un convoy de supuestos sicarios vestidos con ropa táctica y armas largas, montaron rondines a la vista de los pobladores.
La indiferencia de las autoridades y apatía de la población ante dichas acciones, develan la falta de rumbo para frenar la violencia que consume al país.
La debilidad del Estado para combatir al crimen organizado también ha quedado en evidencia con el reparto de despensas. En los últimos meses, el CJNG ha utilizado la fuerza para hacerse del control de algunos estados, sobre todo en su principal bastión el estado de Jalisco, la cuarta entidad más poblada del país.
En la región tapatía, hombres con rifles de asalto entregaron bolsas de plástico con alimentos, en las inmediaciones del Centro Cultural Constitución en el municipio de Zapopan.
El punto escogido por los presuntos sicarios del CJNG es la bandera del acalde de Zapopán, Pablo Lemus Navarro, en su política de combate a la delincuencia y reconstrucción del tejido social. Además, es un sitio donde hay cámaras de videovigilancia del Escudo Urbano C5, lo que exhibe fallas del gobierno.
Aunque las autoridades han dicho que son “acciones aisladas”, las imágenes del grupo criminal entregando despensas en distintos estados se han viralizado en redes sociales. En Guatemala —vecino sur de México— por ejemplo, presuntos sicarios del CJNG presumieron con videos musicalizados la entrega de despensas en Guatemala, al sur de México.
En los videos, donde se usaron tomas aéreas, y con un subtítulo, se asegura que los papeles higiénicos, galletas, aceite, sopa y comida enlatada llegaron a comunidades de Guatemala.
Las imágenes y los videos en el país centroamericano consiguen el mismo efecto: la sensación de poder y capacidad del crimen en una nación también tomada por la violencia.
La organización criminal nació en 2011 y es la última de las seis grandes transnacionales de la droga en ser creada (Sinaloa, Beltrán Leyva, Juárez, Golfo y Los Zetas). Desde entonces, ha crecido rápidamente en poder de fuego e influencia. Hace un par de años, la inteligencia estadounidense calculaba que el grupo de Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” tenía presencia en 23 de los 32 estados de México, un 75 por ciento del territorio. Pero esa cobertura se ha extendido, ahora domina en 31 entidades.
La clave para el veloz crecimiento del cártel es su disposición a confrontarse violentamente con las fuerzas del gobierno mexicano y con organizaciones rivales. El CJNG ha utilizado la fuerza para hacerse del control de los principales puertos en el Pacífico mexicano, a donde llegan insumos y precursores desde Asia. Ha atentado en contra de funcionario y asesinado a civiles.
Asimismo ha sobornado y penetrado en regiones con la entrega de víveres. Su poder corruptor suele mantenerse a niveles locales.