La Bundesliga se prepara para reanudar la temporada el próximo sábado, con partidos a puerta cerrada, en medio de dudas y temores y, a la vez, con el convencimiento de que terminar el campeonato es de vital importancia para muchos de los clubes de la primera y la segunda categorías.
Los temores tienen que ver, en primer lugar, con el peligro de contagio. El defensa Neven Subotic, del Unión Berlín, admitió “un miedo interno” antes de reiniciar los entrenamientos en grupo con su equipo.
Aunque Subotic es el único jugador que se ha expresado abiertamente al respecto, es de suponer que muchos otros sienten algo similar en mayor o menor grado.
Entre las dudas está la que suscita el hecho de que puede haber incidencias que hagan caer el plan de la Liga Alemana de Fútbol (DFL) como un castillo de naipes.
Hasta ahora sólo hay un equipo -el Dinamo Dresden, de segunda división- que, tras dos positivos, ha tenido que entrar en una cuarentena de dos semanas, lo que obliga a aplazar sus partidos de las dos próximas jornadas.
El director administrativo de la DFL, Christian Seifert, ha subrayado que el caso del Dresden no pone en duda la continuidad de la temporada y que sólo afecta dos partidos de 81 que quedan pendientes.
Sin embargo, está claro que si los casos se acumulan puede llegarse a una situación en que la continuación de los dos torneos sería algo caótico.
Los equipos han entrado en concentraciones, con condiciones similares a la de una cuarentena de grupo, de cara a la jornada del fin del semana.
Lo que les espera es algo completamente inédito, que es, en el mejor de los casos, nueve jornadas a puerta cerrada en la primera Bundesliga con pocos entrenamientos en grupo tras dos meses de prácticas individuales o en grupos reducidos.
Para nadie es un secreto que la situación hace que el peligro de lesiones aumente, como lo han venido señalando diversos especialistas.
Así lo ha indicado por ejemplo el expreparador físico del Borussia Dortmund y del Stuttgart Christian Kolodziej en declaraciones a la revista Kicker.
La mayoría de los jugadores afirman estar en buena forma física tras haber estado ejercitándose permanentemente las últimas semanas, pero, según Kolodziej, en un partido hay cosas como cambios de ritmo o de dirección que difícilmente se pueden entrenar en solitario, además de los duelos individuales por el balón.
Los equipos volvieron a entrenarse en grupo en distintos momentos, debido a las diversas normas que regían en los diferentes estados federados, lo que puede representar una ventaja para algunos.
En todo caso, tras dos meses de pausa, se espera la reanudación del torneo con una mezcla de entusiasmo y curiosidad, en algunos, y escepticismo y críticas, en otros.
Los representantes de la Bundesliga viven orgullosos de que en Alemania los estadios suelen estar llenos. Ahora, por la pandemia, se tendrá que jugar sin público.
Los ultras habían criticado los planes de reanudar la competición a puerta cerrada. La DFL les respondió que si no se lograba reanudar la competición a puerta cerrada la Bundesliga dejaría de existir tal y como se ha conocido hasta ahora, pues algunos clubes se hundirían económicamente.
Lo que está en juego son 750 millones de euros en derechos de televisión por las nueves jornadas que quedan y para muchos clubes de ese dinero depende su existencia.
La pérdida por recaudación de taquilla se estima en 90 millones de euros, aunque puede ser menos por las devoluciones de IVA y además porque parte de los aficionados han optado por no reclamar el dinero del abono ya pagado para apoyar a sus clubes.