Las automotrices que operan en México pidieron al gobierno federal reactivar a toda su cadena de proveeduría – desde los autoparteros, textileros, productores de vidrio, llantas, pintura, electrónicos y de cableado, entre otros –, en línea con la demanda de legisladores de Estados Unidos, que urgieron al Secretario de Estado de la Unión Americana, Mike Pompeo, presionar a la Secretaría de Relaciones Exteriores mexicana para reactivar actividades no esenciales, como el armado de vehículos.
Fuentes de Volkswagen refirieron a El Financiero que no se trata sólo de los armadores y de sus proveedores de piezas, sino de incluir a todas las compañías que atienden desde el sector textil, acero, electrónico, que deberán demostrar antes la Secretaría de Economía que son proveedores de industria automotriz.
“La Secretaría de Economía plantea que debe ser una apertura gradual en toda la región (de Norteamérica) para que se pueda incorporar al personal, y hay que incluir estándares altos en limpieza, desinfección, equipo de protección a la salud, marcas en líneas de producción para cuidar la sana distancia, entre otros, y debe estar incluido hasta el nivel 3”, expresaron fuentes de Volkswagen.
En este sentido, Nissan respondió por correo que trabajan con sus proveedores en soluciones alternas y medidas que les ayuden a mantener la continuidad de su cadena de suministro, en medio de la incertidumbre desatada por la pandemia del COVID-19.
“La complejidad de la cadena de suministro y la incertidumbre del impacto continuo del coronavirus COVID-19 significa que no podemos dar un pronóstico preciso de lo que podría suceder (…) estamos en estrecho contacto con nuestros proveedores y trabajando para implementar soluciones alternas y adoptar las medidas necesarias para mantener la continuidad de nuestra cadena de suministro”, destacó la empresa.
El panorama del sector automotriz luce sombrío debido a que las medidas sanitarias por COVID-19 generaron una caída en las ventas de vehículos a nivel global, empujando a firmas como Volkswagen, Toyota, Nissan, General Motors, Fiat, Audi, Daimler, Ford y Mazda a detener sus líneas de producción en México, lo que provocó que clientes como Nemak, Vitro, Bridgestone y Michelin tuvieran que parar o disminuir su producción.
En marzo, se armaron en México 261 mil 805 automóviles, un desplome de 24.6 por ciento anual, lo que significó la peor caída para un tercer mes desde la crisis económica global de 2009 y el volumen más bajo en siete años, de acuerdo con Inegi.
A mediados de abril, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Industria Nacional de Autopartes (INA) y la Asociación Nacional de Productores de Camiones y Tractocamiones (ANPACT), enviaron una carta al Consejo de Salubridad de México para pedirle a gobierno federal ser considerados industria esencial para la economía ante la pandemia de coronavirus, para regresar a operar lo antes posible.
El valor de la producción automotriz en México en 2019 fue de 143 mil 259 millones de dólares, 3.9 por ciento mayor a lo registrado un año antes, siendo el valor más alto que registra la industria, según datos de Inegi.
El año pasado, la industria automotriz mexicana registró un superávit comercial de 88 mil 867 millones de dólares, 7.2 por ciento debajo de lo reportado en 2018, debido a que el sector representa el 32 por ciento del valor total de las exportaciones que hace México y genera más divisas que turismo, petróleo y agroindustria.
Liquidez, otro reto
Uno de los retos importantes que enfrentarán los proveedores para reactivar sus operaciones para atender a la industria automotriz es la falta de liquidez. Mauricio Hurtado, socio director de PwC México, comentó que derivado del cierre de operaciones por las medidas en contra del Covid-19, muchas de estas empresas tuvieron que ajustarse financieramente.
“Yo pensaría que, dentro de todos los programas de reactivación de negocios tanto de autos como de sus partes, debe considerarse una buena previsión financiera, y sin lugar a dudas serán fundamentales para continuidad de negocios ante esta situación”, comentó.
Guido Vildozo, gerente senior en análisis de venta de autos ligeros en América de IHS Markit, dijo en conferencia reciente que también muchas empresas de autopartes cuentan con experiencia internacional por lo que pueden proponer esquemas para retomar la operación.
“Algunas de ellas tienen presencia en China, país donde se reactivan las actividades tras la pandemia de coronavirus, pueden tomar parte de esta experiencia”, dijo.