Hasta hace algunas semanas, antes de que la emergencia del coronavirus instalara la nueva normalidad en México, bastaba con encender una televisión para ver a Andrés Manuel López Obrador hablando. A todas horas y en casi todos los informativos. La imagen del Gobierno mexicano era la del jefe del Ejecutivo recargado en el atril durante una conferencia mañanera o en una de las múltiples giras que realizaba los fines de semana. El mandatario había fundido su voz con la del Estado mexicano gracias a sus comparecencias diarias, en las que pone en marcha la agenda noticiosa del país.
Este sello característico de su Administración se ha multiplicado durante la contingencia sanitaria. Este miércoles, el presidente ha informado que desde la próxima semana se sumará una nueva conferencia diaria a la programación habitual de comunicación oficial. Será la cuarta y estará encabezada por María Luisa Albores, la secretaria de Bienestar, el ministerio encargado de combate a la pobreza. La funcionaria explicará los avances en el reparto de los apoyos económicos a la población vulnerable, la principal apuesta de López Obrador para hacer frente al reto económico que la covid-19 ha planteado al país.
“De 18:00 a 19:00 [se hablará sobre] créditos; de 19:00 a 20:00 el doctor Hugo López-Gatell, salud; y de 20:00 a 21:00, los programas de Bienestar”, enlistó temprano López Obrador. Esto sin contar con el producto estrella de la propaganda gubernamental, la mañanera. Hasta el pasado 15 de abril, el presidente había protagonizado 346 de estas conferencias desde que llegó al poder, el 1 de diciembre de 2018, de acuerdo a un conteo que realiza el taller de comunicación política Spin. Cada una de estas con una duración, en promedio, de 100 minutos.
La fatiga y erosión que ha sufrido la Administración en 16 meses de mandato, sin embargo, habían mermado el rating de la mañanera. Hace dos meses, antes de que se confirmara la llegada del virus a México, los largos monólogos presidenciales habían perdido fuelle en las reproducciones en YouTube. El 11 de febrero, por poner un ejemplo, las conferencias sumaron 335.000 reproducciones en los canales del Gobierno y de López Obrador en la plataforma de videos. La emergencia provocada por el SARS-CoV-2, sin embargo, provocó que los mexicanos retornaran a los canales oficiales en busca de información. El presidente tuvo el 24 de marzo dos millones de reproducciones en su página de Facebook.
La contingencia reforzó también la figura del subsecretario de Salud, López-Gatell, quien se ha convertido en vocero y referente durante la epidemia. Sus conferencias nocturnas, donde se informa del avance de los casos y la respuesta de la Administración, han enganchado a una audiencia particular y han superado el millón de reproducciones, como sucedió el 31 de marzo y 5 de abril. El evento ha sido llamado con ironía “la telenovela de las siete” en las redes sociales.
A este despliegue se sumó después la secretaria de Economía, Graciela Márquez. La funcionaria saltó al ruedo mediático el viernes 24 de abril, después de varios días de críticas a la respuesta económica de López Obrador a la crisis que se avizora. Desde entonces, la ministra, acompañada de otros miembros del Gabinete informan del avance en el reparto de los tres millones de créditos blandos que ha ofrecido el Ejecutivo a empresarios pequeños y medianos de sectores formales e informales. De acuerdo al mandatario, medio millón de personas ya han solicitado ayudas de este tipo. Cada día se reparten cerca de 20.000 préstamos de 25.000 pesos, 1.000 dólares. La cuarta hora diaria de propaganda oficial estará a cargo de la secretaria Albores, que informará de los apoyos destinados a los adultos mayores, discapacitados, campesinos, madres trabajadoras, jóvenes recipientes de las becas de Bienestar Benito Juárez, entre otros.
El Gobierno suele llamar a las conferencias “diálogo circular” con la prensa. Estos eventos, sin embargo, han servido también de megáfono a las múltiples críticas que el presidente dirige al periodismo crítico. El politólogo Luis Estrada ha contado en estos foros 144 puyas del presidente contra el diario Reforma, que califica de “conservador”, y también contra medios internacionales como EL PAÍS, Wall Street Journal, Financial Times y The New York Times.