Joe Biden remontó este martes con amplias victorias en estados de todo el país impulsado por una diversa coalición, mientras que su rival progresista, Bernie Sanders, se llevó el mayor premio del Supermartes con una victoria en California, mientras las antes abarrotadas primarias demócratas se convertían en un pulso entre dos hombres.
Los dos demócratas, políticos veteranos con visiones radicalmente distintas para el futuro de Estados Unidos, luchaban por los delegados mientras 14 estados y un territorio estadounidense celebraban cruciales votaciones en el día más significativo de las primarias demócratas. El ganador se enfrentará en las elecciones generales de noviembre al Presidente, Donald Trump.
Los otros dos aspirantes más importantes en una menguante lista de precandidatos, el multimillonario neoyorquino Mike Bloomberg y la Senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, vieron muy reducidas sus opciones; Warren terminó en un bochornoso tercer puesto en su estado, mientras que Bloomberg tenía previsto decidir el futuro de su campaña el miércoles tras gastar más de 500 millones de dólares para lograr una sola victoria, en el territorio estadounidense de Samoa.
El choque entre Biden y Sanders, que lideran coaliciones con grandes diferencias demográficas e ideológicas, se consolidaba por la noche, cuando el ex Vicepresidente y el Senador cruzaron ataques este martes en sus discursos de celebración, separados por cuatro mil kilómetros.
“La gente habla de una revolución. Hemos iniciado un movimiento”, dijo Biden en los Ángeles, apropiándose de una de las frases características de Sanders.
Y sin citar a su incipiente rival por su nombre, Sanders atacó a Biden en su discurso en Burlington, Vermont.
“No puedes derrotar a Trump con la misma vieja política de siempre”, declaró Sanders, enumerando una lista de diferencias con Biden en temas como seguridad social, comercio y fuerzas armadas. “Esto se convertirá en un choque de ideas”.
Biden ganó al menos en ocho estados y Sanders en cuatro, un panorama bastante igualado que planteaba dudas sobre si las primarias se alargarían hasta la convención de julio o se resolverían mucho antes.
El buen resultado de Biden completaba un drástico cambio de rumbo en apenas tres días, en los que ha aprovechado su claro triunfo en Carolina del Sur para anotarse amplias victorias gracias al apoyo de votantes en distintos lugares, clases y razas. Y por si había alguna duda, reforzó su posición como abanderado de la rama tradicional del partido.
El ex Vicepresidente hizo una demostración de fuerza en el nordeste con una victoria en Massachusetts, ganó Minnesota en el centro-norte del país y se impuso en el sur con triunfos en Virginia, Alabama, Carolina del Norte, Tennessee y Arkansas, además de Oklahoma.
Sanders, senador de Vermont, comenzó la noche como claro favorito en las primarias y parecía encaminado a lograr una gran ventaja en la cuenta de delegados. Y además de California, el estado que más delegados asignaba, logró victorias decisivas en su estado natal, así como en California, Utah y Colorado.
También demostró que podía triunfar en quizá la mayor prueba de su larga carrera política. Sus victorias se debían a una base de progresistas, jóvenes y latinos. Y su decisiva victoria en California marcaba un gran cambio tras su derrota allí hace cuatro años.
Biden acumuló victorias pese a tener menos financiamiento y menos personal que otros aspirantes. Por ejemplo su rival moderado, Bloomberg, invirtió más de 19 millones de dólares en anuncios de televisión en Virginia; Biden, por su parte, gastó menos de 200 mil dólares.
Una clave de su éxito fueron los votantes negros. Biden, que sirvió dos legislaturas como Vicepresidente de Barack Obama, obtuvo el 60 por ciento del voto negro en Alabama, donde los afro-estadounidenses fueron más de la mitad de los votantes demócratas el martes. Bloomberg obtuvo el 25 por ciento y Sanders en torno al 10 por ciento de los votos afro-estadounidenses, según AP VoteCast, una amplia encuesta del electoral.
Las primarias han cambiado de forma drástica en los últimos tres días. Biden utilizó su clara victoria en Carolina del Sur para convencer a sus nerviosos aliados moderados para que apoyaran su campaña. Sus antiguos rivales Amy Klobuchar y Pete Buttigieg cancelaron sus candidaturas de improviso y apoyaron a Biden en los días previos al Supermartes.
Con Biden y Sanders, los demócratas tenían dos opciones muy distintas para elegir la clase de candidato que querían presentar en noviembre.
Sanders es un socialista demócrata de 78 años que trabaja con una enérgica coalición en la margen izquierda de su partido que defiende su batalla iniciada hace décadas por transformar los sistemas político y económico del país; Biden es un veterano político de 77 años perteneciente a la corriente tradicional del partido en Washington, y quien defiende una estrategia más pragmática en temas clave como sanidad y cambio climático.