El Gobierno de México lamentó la decisión de un tribunal de Estados Unidos para evitar que un agente fronterizo sea demandando por la muerte de un mexicano.
En 2010, Sergio Adrián Hernández Güereca murió víctima de los disparos que le propinó el agente fronterizo Jesús Mesa desde territorio estadounidense, cuando el joven de 15 años jugaba con unos amigos en el lecho seco del Río Bravo, en Ciudad Juárez.
Con cinco votos a favor y cuatro en contra, los magistrados del Tribunal Supremo de EE.UU. rechazaron la petición de la familia de Sergio Adrián, que exigía justicia en el caso bautizado como “Hernández contra Mesa”.
A través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el gobierno mexicano expresó su “profunda preocupación por los efectos que esta decisión tendrá en otros casos similares, en los que ciudadanos mexicanos han muerto por disparos de fuego efectuados por agentes estadounidenses hacia el lado mexicano”.
En el caso específico de Sergio Adrián, la SRE ha brindado puntual seguimiento y acompañamiento consular y jurídico a los familiares. Asimismo, ha presentado tres escritos de amicus curiae ante la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito.
Precisamente para condenar el uso de la fuerza de manera desproporcionada por parte de autoridades en la frontera común, México y Estados Unidos crearon en 2014 el Grupo de Alto Nivel para la Prevención de la Violencia Fronteriza, que hasta el momento ha sesionado en seis ocasiones.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores continuará desplegando todas las acciones a su alcance para que los casos de las personas mexicanas afectadas por incidentes transfronterizos sean llevados hasta sus últimas consecuencias”, concluyó.