En México el 16% de los adultos mayores sufre de abandono o maltrato. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), existen al menos 13 millones de personas de más de 60 que están en esa posición. El abandono de abuelos es una crisis en nuestro país.
El abandono de personas adultas mayores en México es un problema serio que necesita de atención y que el gobierno federal se ha negado a atender con un acuerdo internacional que abogue por su protección.
Margarita Maass Moreno, investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM alertó que el 20% de los adultos mayores vive en el olvido de sus propias familias y del gobierno.
Enfatizó que ese 16% de ancianos sufren maltrato y que su protección debería ser de las tareas principales del gobierno.
Además, Maass Moreno estima que para 2025 haya cerca de 25 millones de personas mayores, lo que aumentaría el problema de darles una vejez digna, por lo que insta al gobierno federal a implementar programas preventivos en varias dependencias para mejorar la calidad de vida de miles de abuelitos.
De acuerdo con la especialista, la negligencia, el maltrato físico, psicológico y emocional, junto con el despojo patrimonial o económico son las agresiones que más sufren los abuelos. Se vuelven ‘una carga’ para sus familiares cuando no pueden brindarles dinero, trabajar o ser controlados.
Por su parte, Mario Enrique Tapia, académico de la UNAM dijo que los programas que ha llegado a impulsar el gobierno como el Instituto Nacional para la Atención de los Adultos Mayores o el Instituto Nacional de Geriatría, son insuficientes para el tamaño de este sector vulnerable de la población.
Olvidados, abandonados, sentenciados a no ver a sus familiares nunca más después de dejarlos en un asilo o en las calles es lo que experimentan los abuelitos. Su vulnerabilidad y bienestar se ve entorpecido por programas gubernamentales que mucho prometen y poco ofrecen, por enfermeras ‘de carácter’ que los maltratan todavía un poco más o enfermeras empáticas que les hacen algunos de sus días más llevaderos.
Algunos de los abuelitos que han sido abandonados en asilos o rescatados de las calles para terminar en ese lugar, experimentan soledad, depresión, incluso las ganas de suicidarse. Así lo registró el estudio ‘Percepción de los adultos mayores cerca de sus vivencias en una casa de reposo’ de Mediagraphic.
Varios abuelitos relatan que llegaron al asilo porque sus hijos los llevaron sin preguntar o con la promesa de ir a verlos. Otros aseguran que decidieron ir por su propia cuenta para no sentirse un ‘estorbo’ y otros fueron llevados con engaños por su familia o fueron rescatados de las calles.
Estos casos siguen dándose a pesar de que el 1 de noviembre de 2017 entró en vigor la pena de cárcel por abandono y maltrato de adultos mayores.
Y aunque algunos están resignados a estar ahí, otros aseguran que sólo esperan la muerte, pues la soledad, la depresión y sus ganas de vivir se han ido desde el momento en que se vieron sin el cariño de sus seres queridos, a quienes consideraban incondicionales como el amor que ellos, desde la lejanía, guardan todavía para ellos.
Así es como, desde un corazón quebrantado, los abuelitos, desean con una pizca de esperanza, no sólo una vida mejor, también volver a ver a quienes alguna vez enseñaron a comer, hablar, reír, caminar o correr. A esos que hoy les han negado el amor, les dieron el olvido y los han dejado a su suerte como quien desecha lo que ya no sirve.
Esta es la triste realidad de aquellos que sólo nos dieron amor, nos guiaron y nos cuidaron o criaron incluso cuando nuestros padres no pudieron o no quisieron. Ellos, a quienes se les debe mucho, se les ha pagado con la peor moneda: la ingratitud y el desamor.