En 1993, Biani López-Antúnez era alumna del colegio Cumbres ubicado en Cancún, el cual está regido por los Legionarios de Cristo. En dicha institución al menos seis niñas de entre seis y 11 años fueron víctimas de abuso sexual por parte del sacerdote Fernando Martínez, a quien le fue retirado el ministerio sacerdotal, tras hacerse públicas las denuncias, pero sigue siendo parte de la Congregación
Este miércoles en entrevista para Aristegui En Vivo, López-Antúnez señaló que ante un proceso largo y doloroso, lo primero que quieren obtener, antes que justicia, es la verdad.
“Los Legionarios sacan estos informes con sus propios números diciendo que han abusado de 175 menores, pero realmente no sabemos hasta donde llegó Fernando Martínez, cuántas víctimas, cuántos más legionarios”, dijo.
El 14 de mayo de 1993, Biani terminó de escribir una carta a petición de su entonces maestra de inglés, Beatriz Sánchez, quien de acuerdo con una investigación de la agencia AP, fue quien se dio cuenta que algo pasaba cuando las estudiantes entraban y salían del baño.
En el texto, redactado cuando tenía 10 años, relató: “El padre nos empezó a tomar confianza y pensó que éramos muy tontas y que podía hacer lo quisiera con nosotras”. También cuenta cómo Martínez empezó a besarlas y cargarlas entre las piernas. “Cuando llegó a la boca nos preocupamos en serio”.
El escrito muestra el miedo a revelar lo que les estaba sucediendo, pues incluso termina con una petición: “P.S. Es un secreto entre miss Lorena y yo”.
Asimismo, indicó que a su parecer, la organización religiosa no tiene razón de ser porque fue fundada por un criminal, pederasta y estafador; y además, la agrupación se sigue comportando igual que cuando ella era una niña.
“La gente que ocupa la cúpula legionaria, son los mismos encubridores que trasladaron y protegieron a Fernando Martínez en el 91 y 93, que en nuestro caso es Luis Garza Medina, que lo mueve del Cumbres Lomas a Cancún sabiendo que hay denuncias de pederastia, abuso sexual y violaciones”, apuntó.
“Pero no solo eso, lo premian dándole un puesto directivo y le dan todas las herramientas y todas las armas para que sigan abusando. Hoy sabemos de seis víctimas, pero no sabemos cuántas víctimas más hay incluso dentro de esa escuela”, agregó.
Recordó que en diciembre de 1992, la hoy presentadora de televisión, Ana Lucía Salazar, denunció a Fernando Martínez; y sin embargo, dijo, el sacerdote fue trasladado a Salamanca, España.
“Todavía lo mantienen ahí seis meses más. Para mí es una cosa dolorosísima porque son seis meses más de abuso que podrían haber frenado y no lo hicieron. Entonces, nos siguieron abusando por lo menos a mí y a otras cuatro niñas”, denunció.
Para Biani, los Legionarios de Cristo no están reconociendo su responsabilidad porque siguen protegiéndose y encubriéndose.
“Eso nos habla de una estructura, una institución que funciona de la misma manera que funcionaba con Maciel. Eso hace que hoy en día no tengamos ninguna garantía de que no están sucediendo abusos y violaciones a niños dentro de las escuelas de los Legionarios de Cristo hoy porque es la misma gente que está dirigiendo esa legión de la misma manera”, advirtió.
El pasado 13 de enero, Ana Lucía Salazar dio a conocer a través de su cuenta de Twitter, que la Iglesia católica retiró el estado clerical al sacerdote Fernando Martínez por estar acusado de abuso sexual contra varios menores. Sin embargo, se le concedió el permiso de seguir siendo integrante de la Congregación.
Sobre esto, López-Antúnez consideró que es una forma de seguir protegiéndolo, ya que, expresó, “le ponen una sanción que se supone es la máxima sanción a la que se puede aspirar dentro del proceso de la denuncia eclesiástica que es dimitirlo del estado clerical, pero lo siguen manteniendo en Roma, en una casa con privilegios”.
“Todavía salen los Legionarios a decir que están colaborando con las autoridades… No están colaborando porque si estuvieran colaborando, lo traerían de vuelta a México y lo entregarían a las autoridades civiles de México”, declaró.
“A esta gente se le tiene que juzgar como ciudadanos mexicanos que son ante las autoridades civiles y penales y no nada más quedarnos con que ya los juzgaron en la Iglesia y ya le quitaron la sotana”, añadió.
Respecto a la postura del Consejo Episcopal Mexicano (CEM) que se pronunció a favor del levantamiento de la prescripción del delito de abuso sexual, la joven lo calificó como un paso importante.
“Me parece que todas estas voces impulsan a lo que realmente sería lo importante de todo esto que sería justamente impulsar que no prescriban estos delitos y que se investiguen independientemente de cuándo sucedieron porque a las víctimas nos toma el tiempo que nos toma poder hacer una denuncia de esta naturaleza, poderlo hablar. Simplemente al día de hoy yo estoy en contacto con víctimas de Fernando Martínez que no están listas para hablar”, sostuvo.
E hizo un llamado al Estado mexicano, del cual subrayó, “tiene que protegernos, estar de nuestro lado, estar de lado de nuestra niñez rota y estar ahí para cuando podamos articularlo y hacer la denuncia, se tiene que investigar y se tiene que sentenciar”.