En la cuarta jornada del FAOT 2020, Alejandra Robles trajo su cultura, tradiciones, los rostros de su gente y raíces, a la Plaza de Armas de Álamos, Sonora.
“La Morena” le canta con el pecho rebosante de orgullo a Juchitán, Oaxaca, mientras imágenes de tiernos rostros aparecen en la pantalla en todo lo alto del escenario.
“Le pido a Dios y a la vida le pide más noches como ésta, más festivales como éste y más ciudades como Álamos”, implora la artista con una sonrisa a flor de piel con la que conecta con su público desde su aparición en el escenario.
La Malagueña, sirve para mostrar su privilegiada en inigualable voz, y bailar salerosa para su público en la principal plaza del pueblo mágico.
“Vengo de Oaxaca. Allá tenemos una tercera raíz que es la raza afroamericana y le quiero dedicar esta canción a mis pescadores: Va subiendo la corriente con chinchorro y la atarraya a la canoa debe llegar al agua…el pescador habla con la playa, no tiene fortuna, sólo su atarraya”.
El grupo “Chile Verde” que acompaña a la cantante ya tiene ganada la admiración de la gente y se confirma con Mambo Lupita…en la que “se vale bailar, se vale bailar”.
Los grandes rostros del cine se proyectan en todo si esplendor en la pantalla, mientras el público no puedo evitar moverse al ritmo de la música.
“Nos vamos a poner un poquito románticos”, avisa “la Morena”, y cómo no… Si canta Cucurrucucú paloma, para recordar al gran compositor Tomás Méndez.
De emoción en emoción, así va llevando Alejandra Robles a los alamenses y visitantes en la Plaza de Armas, desde donde sube al escenario a dos chicas para que se conviertan en sus coros en La cosecha de mujeres, de Mike Laure.
Cantar, bailar, adueñarse del escenario y compartir sus raíces, es algo que se le da muy bien a “La Morena”, quien además de recitar algunos versos, muestra sus virtudes como bailarina en una tabla después de cambiarse los zapatos.
Sigue un himno oaxaqueño… La llorona con imágenes de muxes de Oaxaca.
Después de una versada de desamor…la alegría con La san marqueña, con el #OrgullosamenteAfroamericana en fotos proyectadas de guapas mujeres del lugar.
“¡Eres grande Morena!”, grita una persona desde el público, que disfruta de don Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo, La culebra.
“No me provoque maestro, no me provoque…”, dice al tecladista Baldomero Jiménez, quien casi “saca lumbre” al instrumento musical.
Alejandra Robles agradece Sergio Medrano, jarana, coros y zapateado; Armando Correa en el bajo; Daniel Ponce, batería; Miguel Chávez, trompeta; de Oaxaca Édgar Revilla con el sax tenor y a Javier Hernández, su director musical y sax, por acompañarla en su concierto.
La noche se pone poco más fría en Álamos, pero la música de Alejandra Robles hace entrar en calor a los asistentes a la jornada del Festival Ortiz Tirado.
“La bemba colora” se detiene momentáneamente.
“Hay un problemita, no se escucha la jarana y como todo esto es en vivo debe sonar muy bien”, comenta la artista quien ha compartido escenario y grabaciones con otros grandes como Armando Manzanero, Regina Orozco, entre otros.
El sabor de Veracruz llega con La Bamba y El pescador, se repite en el concierto para un espectacular cierre de una noche llena de ritmo, alegría, una gran voz, grandes músicos y una gran artista: Alejandra Robles, “La Morena”.