Será este jueves cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador presente un plan de salud federal y se dé a conocer quiénes son los gobernadores que sí aceptaron su adhesión “de manera voluntaria” al recién creado Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi).
“Es voluntario que ellos (los gobernadores) expliquen en sus estados, los que no participen, por qué va a haber cuotas de recuperación, por qué van a cobrar la atención médica y los medicamentos. Es sencillo”, advirtió ayer durante su conferencia matutina de Palacio Nacional.
La respuesta del titular del Ejecutivo federal obedece a la propuesta de algunos gobernadores, principalmente de extracción panista, quienes pidieron que se revisara la implementación de la ley en sus estados, pues argumentan la falta de reglas de operación.
Sin embargo, para el Presidente “hay resistencias, porque para los conservadores, todo debe privatizarse”.
“El conservador tiene como pensamiento dominante el que la educación se tiene que pagar, la salud se tiene que pagar”, apuntó, al reiterar que su administración tiene una concepción distinta, ya que “ni la salud ni la educación son privilegios, son derechos”.
“Entonces, eso para ellos es inaceptable, es un asunto ideológico. Pero ya está en la Constitución, ya está en las leyes”, añadió.
Además, se deslindó de las responsabilidades en las entidades federativas, en materia de salud: “en este estado no tenemos nosotros la responsabilidad, o se va a cumplir la Constitución y la ley en lo que corresponde a instituciones del gobierno federal”.
El martes pasado, los gobernadores se reunieron en Palacio Nacional con el Presidente, en medio de una serie de reclamos por el cobro de cuotas en los hospitales públicos y ante la falta de reglas para el instituto que sustituyó al seguro popular.
Ahí, gobernadores de oposición como Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur; Enrique Alfaro, de Jalisco, y Diego Sinhue Rodríguez, de Guanajuato, hicieron un reclamo por la falta de transparencia en cada una de las entidades.