Carlos Ghosn, en su primera comparecencia en público desde su dramática fuga de la justicia japonesa, dijo a periodistas en Beirut que había sido tratado “brutalmente” por los fiscales de Tokio, a quienes acusó de ayudar a Nissan a destituirlo como presidente.
Con traje azul y corbata roja, y hablando en tono desafiante, el ex jefe de Nissan dijo durante una abarrotada rueda de prensa el miércoles que no estaba seguro de haber tenido un juicio justo si se quedaba en Japón.
El antiguo titán de la industria automovilística huyó de Japón el mes pasado, donde estaba a la espera de ser juzgado bajo acusaciones de haber declarado ingresos inferiores a los debidos, abuso de confianza y malversación de fondos de la compañía, cargos que él niega. Ghosn dijo que había huido al Líbano para limpiar su nombre.
“O mueres en Japón o tienes que salir de allí”, dijo Ghosn, describiendo sus sentimientos. “Me sentí rehén de un país al que serví durante 17 años”, dijo a los periodistas que se agolpaban en el sindicato de prensa de Beirut, la capital costera del Líbano.
Otros esperaban afuera bajo una fuerte lluvia, incluyendo algunos medios de comunicación japoneses que habían sido excluidos de la sesión informativa.
“Los cargos en mi contra son infundados”, agregó Ghosn, repitiendo su alegato de que Nissan y las autoridades japonesas se confabularon para destituirlo después de un descenso en la fortuna de Nissan y en venganza por la interferencia del gobierno francés en la alianza del fabricante de automóviles con Renault.
“¿Por qué han ampliado la línea de tiempo de la investigación, por qué me han vuelto a detener? ¿Por qué estaban tan decididos a impedirme hablar y exponer mis hechos?”, dijo Ghosn sobre las autoridades japonesas.
“¿Por qué se han pasado 14 meses tratando de quebrar mi espíritu, impidiendo cualquier contacto con mi esposa?”.
El martes, la fiscalía de Tokio emitió una orden de arresto contra la esposa de Ghosn, Carole, por presunto perjurio.
El Ministerio de Justicia de Japón ha dicho que tratará de encontrar la manera de traer a Ghosn de vuelta del Líbano, a pesar de que este país no tiene un tratado de extradición con Japón.
Las autoridades turcas y japonesas están investigando la forma en que Ghosn fue introducido en Beirut. La Interpol ha publicado una “notificación roja” pidiendo su detención.
La rueda de prensa de Ghosn es el último giro en una saga de 14 meses que ha sacudido la industria automovilística mundial, ha puesto en peligro la alianza Renault-Nissan de la que Ghosn fue el arquitecto y ha puesto bajo la lupa el sistema judicial japonés.
Nissan dijo que una investigación interna descubrió que Ghosn presuntamente había empleado el dinero de la empresa en asuntos personales y que no declaró correctamente su renta violando así la ley japonesa.