El gobierno del presidente Donald Trump puso otro obstáculo a los solicitantes de asilo en Estados Unidos al comenzar este jueves a enviarlos a Nogales, Sonora, una ciudad ubicada a 350 millas de distancia de la frontera de Ciudad Juárez-El Paso, donde serán programadas sus citas con el juez de inmigración.
La medida es parte del programa ‘Remain in México’ o Protocolos de Protección de Migrantes (MPP) que hasta esta semana trasladaba a los refugiados centroamericanos que llegaban a la frontera de Nogales, Arizona, hacia El Paso, Texas, para que de ahí cruzaran a Ciudad Juárez, México, a esperar su audiencia de asilo.
Ahora los refugiados deberán trasladarse por su cuenta por las peligrosas carreteras de México. El recorrido de Nogales a Juárez es de aproximadamente 350 millas, un viaje por carretera de entre 7 y 8 horas que atraviesa por la región donde en noviembre en 2019 nueve miembros de la familia LeBarón fueron ejecutados a balazos en un enfrentamiento de dos cárteles de la droga rivales.
Este jueves un primer grupo de 30 refugiados regresó de Arizona a Sonora y se esperaba que fueron albergados en el refugio San Juan Bosco de Nogales, con capacidad para 400.
La medida de la administración Trump es considerada como un obstáculo más para que los migrantes centroamericanos no reciban la protección como refugiados mientras que son enviados a zonas peligrosas de la frontera con México donde a menudo son asaltados, secuestrados, extorsionados y hasta asesinados.
En diciembre de 2019 un reporte de Human Rights First registra 636 casos de violencia en contra solicitantes de asilo devueltos a México como parte del programa MPP, una cifra que podría ser mucho más alta, ya que muchos no reportan haber sido víctimas de delitos.
Actualmente se estima que más de 56,000 refugiados viven en México en espera de que sus casos de asilo sean resueltos en las cortes de inmigración de Estados Unidos.