Mientras la Secretaria de Salud adelantó la realización de un plan de acción sanitaria en el río Sonora, contaminado desde 2014 provocado por una empresa filial del Grupo México, empresarios de este consorcio minero rechazaron alguna afectación de recursos naturales o a la salud de las personas de la región.
Durante la conferencia mañanera, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el titular de la SSA, Jorge Alcocer Varela, habló respecto a la atención integral de la población mediante el fortalecimiento de la infraestructura y la contratación de personal médico.
Además, informó sobre la puesta en marcha del sistema de vigilancia ambiental y epidemiológica para el diagnóstico oportuno, registro y seguimiento de los posibles daños a la salud derivados del derrame, “a fin de desarrollar acciones oportunas”.
Los objetivos de la dependencia son: el rescate del Hospital Rural Comunitario Ures, equipándolo con personal e insumos para el nosocomio: atender las necesidades de la población expuestas en el diálogo entre autoridades y pobladores del 18 de diciembre pasado, en el municipio de Ures, Sonora.
“Las acciones van encaminadas a brindar un servicio integral con atención médica, diagnóstico especializado, vigilancia epidemiológica y ambiental, salud mental y promoción de la salud, donde el Instituto de Bienestar para la Salud, el Insabi que entra en operación el 1 de enero y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios jugarán un papel importante”, añadió.
Todo lo anterior, detalló Alcocer Varela, deberá ser supervisado por la Secretaría de Salud a su cargo y la estatal para poder identificar casos crónicos, antiguos o nuevos, para desarrollar acciones oportunas y sin intervención de terceros.
“Se requiere contar con una unidad de vigilancia que permita medir y evaluar el efecto sobre la salud de metales como cromo, zinc, hierro, cadmio, aluminio, plomo y manganeso, dependiendo del tiempo al que estuvieron expuestos, la edad y el estado de salud de las personas de los municipios Arizpe, Aconchi, Huépac, Banámichi, San Felipe de Jesús, Baviácora y Ures, Sonora. Hasta el momento se tiene registro de 381 personas afectadas”, indicó.
La exhibición a estos metales ocasiona cáncer, daños a los pulmones o riñones de las personas, dependiendo del tiempo y el grado de convivencia; por ejemplo, la elevada concentración de manganeso en personas diabéticas deriva en un daño renal grave, explicó.
Por eso, exhortó a la Cofepris a realizar un monitoreo permanente de eventos ambientales en la calidad de agua, verificaciones en las mineras, en los espacios laborales, para poder detectar las posibles consecuencias a la población.
La respuesta
Sin embargo, para Grupo México la historia es diferente. Según su comunicado, actualmente no existe prueba científica que vincule afectaciones al estado de los recursos naturales o la salud en la zona “con aquellos hechos”.
Reiteramos nuestra apertura para dialogar y colaborar con apego a la ley y compromiso con la sustentabilidad en la región del Río #Sonora. Consulta nuestro comunicado de prensa 📍📄👇🏻 pic.twitter.com/H74EW7195v
— Grupo México (@GMexico_oficial) December 24, 2019
Sus mediciones de la calidad del Río Sonora, después del incidente, son, según la empresa, “más bajas que las de diez años o más años antes de que ocurriera”.
Aunque se dijo comprometido con el bienestar y la certidumbre de la región, justificó a Grupo México del remedio del derrame del 2014, el cual, afirmó, fue “con apego a la ley y no hubo incumplimiento alguno por parte de Grupo México”.
Añadió: “Todos los requerimientos de la autoridad han sido cabalmente atendidos y se han hecho aportaciones adicionales para el beneficio de la zona”, añadió.
En relación con el informe ofrecido esta mañana por los secretarios de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Manuel Toledo, y de Salud, Jorge Alcocer, sobre su viaje a la región del Río Sonora, Grupo México manifestó que la visita de los funcionarios debe ser “un impulso para el diálogo, no para el conflicto ni para la proliferación de versiones infundadas o inexactas”.
En ese tenor, culpó a las características geológicas de la región del norte de Sonora, con alta materialización, aunadas a la actividad minera desde hace más de 100 años.
“El derrame de solución acidulada de cobre en 2014 de la mina Buenavista del Cobre fue atendido oportunamente, con estricto apego a la normatividad oficial; a la operación del Fideicomiso Río Sonora y bajo las instrucciones y supervisión de la Semarnat, la Profepa y la Cofepris. Se aportaron dos mil millones de pesos, más que los 400 millones de pesos inicialmente previstos para la remediación. No existió incumplimiento alguno por parte de Grupo México”, se justificó.