Los regalos navideños que la NASA envió a la Estación Espacial Internacional a bordo de la cápsula Starliner, no llegarán a destino, luego que se confirmara que la nave no logró la órbita necesaria para acoplarse a la estación.
La cápsula espacial de Boeing regresará a la Tierra en 48 horas, sin cumplir su objetivo, en una prueba de lanzamiento que era considerada clave en el camino a llevar astronautas al espacio en próximas misiones.
Starliner despegó a primera hora del viernes desde Cabo Cañaveral, en Florida, pero una anomalía informática ocurrió tras su separación del cohete Atlas V.
Los ingenieros de Boeing pusieron a la nave en una nueva órbita, lo que permitirá su regreso a la Tierra en 48 horas, explicó Jim Chilton, vicepresidente para el espacio de la empresa, durante una rueda de prensa en el centro espacial Kennedy.
La cápsula cargaba regalos, un peluche de Snoopy y con un maniquí de nombre Rosie como comandante. Además, al interior del Starliner iban semillas de árboles similares a las enviadas al espacio en la misión que voló a la Luna con el Apollo 14. Simbólicamente, Boeing envió también la tarjeta de identificación original de su fundador.
El cohete Atlas V despegó con normalidad a las 6:36 de la mañana (hora de Florida) y completó de manera exitosa las primeras etapas de la misión, según informó la NASA.
We have a projected return to White Sands in 48 hours. If we can stay longer and get more test objectives, we will do that.
– Boeing VP of Space and Launch Jim Chilton
— Boeing Space (@BoeingSpace) December 20, 2019
La nave está construida para transportar a siete astronautas, pero sus viajes serán cargando cuatro o cinco personas. Tiene una altura de 16,5 pies y cuenta con un módulo de servicio de 15 pies de diámetro.
En su misión de ocho días, la nave será puesta a prueba antes de aterrizar de vuelta en la Tierra el próximo 28 de diciembre, en Nuevo México.
Hacia una nueva era
La NASA no ha tenido ningún medio de transporte para sus astronautas desde que retiró sus transbordadores espaciales, en 2011. Actualmente, la agencia espacial estadounidense depende de los cohetes rusos Soyuz para los viajes de ida y vuelta a la ISS, una dependencia de la que Washington quiere librarse.
En 2014, Boeing y SpaceX se adjudicaron los contratos para desarrollar vehículos de transporte espacial. Boeing recibió $4 billones para construir Starliner y SpaceX $2,6 billones para desarrollar Crew Dragon. El objetivo de la NASA con ambas es transportar a un total de 48 astronautas para 2024.
El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, dijo que Estados Unidos necesitaba misiones como ésta, para reducir los costos de lanzamiento, impulsar la innovación y abrir espacio para más personas.
“Nos estamos moviendo hacia una nueva era”, afirmó. El plan de la agencia es poner en manos de empresas privadas los envíos de cargamento y tripulaciones, con la meta de volver a poner astronautas en la Luna y luego en Marte.
El último despegue de un vehículo de la NASA fue el 8 de julio de 2011, cuando el transbordador espacial Atlantis realizó su último vuelo. Hoy la nave está en exposición en el Centro Espacial Kennedy.
Desde ese entonces, la tarea de enviar vehículos al espacio cayó en manos de SpaceX, aunque aún sin completar un vuelo tripulado. Los astronautas estadounidenses que han ido a la ISS han debido realizar el vuelo a bordo de la nave Soyuz, de la Agencia Espacial Rusa, despegando desde Kazakhstan. Cada despegue tiene un costo para la NASA de unos $86 millones.
“Estamos de vuelta con venganza”, dijo el gobernador de Florida Ron DeSantis, tras el despegue de prueba de hoy.
El astronauta Chris Ferguson, quien fue comandante de la última misión de un trasbordador de la NASA, es ahora piloto de prueba para Boeing y uno de los desarrolladores clave de la nave Starliner. “Ésta es una oportunidad única e increíble”, afirmó.