Los Legionarios de Cristo reconocieron que 175 menores de edad han sido víctimas de abuso sexual, incluidos al menos 60 por el padre Marcial Maciel, en la congregación desde su fundación en 1941 y hasta este reciente 16 de diciembre.

En un informe que se presentará el 20 de enero en la reunión de su Capítulo General, máxima autoridad de los Legionarios de Cristo, se señala a 33 sacerdotes como responsables de los casos de pederastia contra estos niños, en su mayoría de entre 11 y 16 años de edad.

También resalta que el número de víctimas “incluye los al menos 60 menores de edad de los que abusó Maciel” (1920-2008), fundador de los Legionarios y quien fue señalado en 2010 por el Vaticano por sus comportamientos “gravísimos y objetivamente inmorales”.

Previamente, en el 2006, la Santa Sede ordenó el retiro Maciel del ministerio sacerdotal.

Si se excluye de la lista a Maciel, dos sacerdotes incurrieron en abuso por vía virtual, 4 abusaron de su víctima una sola vez, 9 lo hicieron repetidamente de una víctima única, 11 abusaron de entre 2 y 5 víctimas; 5 de ellos de entre 6 y 10 víctimas y uno que ya fue removido, tiene 13 víctimas conocidas.

ABUSO DE AUTORIDAD

El informe reconoce que 14 de los 33 sacerdotes que son señalados como abusadores, cometieron estos abusos mientras ocupan puestos de autoridad en los Legionarios de Cristo, lo que ha dificultado mucho y en ocasiones bloqueado las posibilidades de denunciar.

“El abuso sexual de menores en la Congregación estuvo mezclado con el abuso de poder y de conciencia por parte de algunos que aprovecharon sus puestos para abusar”, indica el informe, que fue elaborado durante seis meses por una comisión de los Legionarios.

La respuesta institucional a los abusos desde 1941 al 2005 “está muy marcada” por la mentalidad general de la época en la que los abusos eran un tabú social y por la misma figura de Maciel como fundador.

Maciel era el superior general y la autoridad máxima en este periodo y tenía la responsabilidad de todas las decisiones importantes, como nombramientos, admisiones al sacerdocio, sanciones, cambios de lugar, etc, precisa el informe.

Los sacerdotes que cometieron estos abusos sexuales representan el 2.44 por ciento de los mil 353 ordenados a lo largo de la historia de la congregación. De ellos, seis han fallecido, ocho dejaron el sacerdocio, 1 abandonó a los Legionarios y 18 continúan dentro de la orden, explicaron.

Los Legionarios precisaron que de estos 18 que continúan dentro de la congregación, 14 no tienen ministerio sacerdotal público, 4 lo tienen restringido, lo cual excluye servicio pastoral con menores de edad.

LAS VÍCTIMAS

Además de las víctimas atribuidas a Maciel, en los seminarios menores de la congregación 65 menores fueron abusados por 15 sacerdotes y otros 90 por seminaristas de los cuales 46 no tomaron los hábitos, precisa.

El informe considera que estos seminarios menores, por los que han pasado en la historia unos 10 mil alumnos, fueron en el pasado “el ámbito más vulnerable” posiblemente por los riesgos de la vida de internado para adolescentes, su poca relación con la familia y una pedagogía muy enfocada a la disciplina.

Resalta que desde 2015 la congregación ha tomado medidas para que sean implementadas políticas que hagan más seguros los seminarios para los mejores; el último caso conocido de abuso sexual en uno de estos espacios ocurrió en 2012, fundamentó.

La situación judicial en estos casos apunta que solo uno de los 33 sacerdotes señalados fue juzgado civilmente y que otro más está en proceso actualmente; otros seis murieron sin ir a juicio y el resto no ha sido procesado por diversos motivos, incluida la prescripción del caso.

“Deploramos y condenamos los abusos cometidos en nuestra historia así como aquellas prácticas institucionales o personales que pudieron favorecer o propiciar cualquier forma de abuso de de revictimización”, señala la comisión que elaboró el informe.

Como parte del estudio, se han elaborado una serie de propuestas y recomendaciones que serán presentadas en la reunión del Capítulo
General para consolidar su compromiso contra el abuso de mejores y reitera que seguirá buscando el encuentro con las víctimas.

“Pedimos perdón a las víctimas, a sus familias, a la Iglesia y la sociedad por el grave daño que miembros de nuestra Congregación han causado.Reconocemos con honestidad y vergüenza la realidad de los delitos de abuso sexual de menores en nuestra historia, con el deseo sincero de una continuada conversión personal e institucional”, puntualiza.