La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) celebro su fiesta de fin de año en el Lienzo Charro del Pedregal, en el que rifó más de 130 regalos, entre ellos 68 pantallas, algunas de 65 pulgadas, laptops, bocinas y electrodomésticos.
Lo anterior contrasta con el discurso de austeridad de su titular, Rosario Piedra Ibarra, quien fue electa para presidir el organismo en medio de un polémico proceso en el que incluso salió a relucir su militancia en Morena, partido fundado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al asumir las riendas de la Comisión, en noviembre pasado, Piedra Ibarra se comprometió a reducir en 30 por ciento el gasto de la CNDH, sin afectar la atención a víctimas, y aludió al “dispendio y los excesos que han caracterizado a la alta burocracia”.
Sin embargo, sigue percibiendo el mismo sueldo que su antecesor, Luis Raúl González, quien según el Manual de Percepciones publicado en el Diario Oficial de la Federación ganaba 154 mil pesos mensuales brutos.
El costo de la fiesta de fin de año rondó los 2 millones de pesos.
Y, entre los “lujos” criticados que a la fecha prevalecen, destacan los cinco vehículos blindados que ocupaba el personal, así como los choferes; los 13 edificios (7 en la Ciudad de México y 6 al interior de la República); y siguen observándose camionetas con víveres que ingresan a las oficinas donde despacha la Ombudsperson, para preparar alimentos.
Para 2020, el organismo contará con un presupuesto de 1 mil 874.2 millones de pesos, 37 millones menos de lo que solicitó, pero 64 millones más que lo ejercido en 2019.