Las imágenes de la cámara de seguridad muestran las últimas horas de Carlos Hernández, de 16 años, y ponen en duda la versión de la policía sobre su muerte.
Carlos Gregorio Hernández Vásquez era un inmigrante guatemalteco que cruzó la frontera entre México y Estados Unidos a través del río Grande cerca de Weslaco, Texas, el pasado 13 de mayo. Estaba solo cuando fue detenido y enviado a un centro de detención temporal en McAllen. Seis días después, una enfermera le midió una fiebre de 39,4 y le diagnosticó gripe. Hernández fue hallado muerto a las 6 de la mañana del 20 de mayo en el suelo de su celda, cerca del retrete. Tenía 16 años. Un vídeo revelado este jueves muestra las últimas horas de agonía del menor y pone en duda la versión que los agentes de la policía fronteriza dieron sobre la atención que recibió.
El vídeo, obtenido por la organización de periodismo de investigación ProPublica, muestra la última noche de Hernández con vida. La grabación de las cámaras de seguridad del centro de detención comienza a la 1.20 de la madrugada. El joven guatemalteco intenta acostarse sobre la cama de cemento de la celda 199. Su compañero de celda duerme bajo una manta térmica. Hernández parece inquieto y no puede estar tumbado ni de pie. A la 1.24, según la hora del vídeo, se desploma en el suelo. Se levanta, se acerca al retrete de la celda y vuelve a caer al suelo entre convulsiones.
El vídeo se corta a la 1.47. Según los registros del centro de detención, los agentes comprobaron que Hernández estaba bien tres veces en las cuatro horas siguientes. La Patrulla Fronteriza no ha aclarado en qué consistieron esas comprobaciones. El vídeo vuelve a empezar a las 5.48 de la mañana. El cuerpo de Hernández está en la misma posición, en el suelo sin moverse. El compañero de celda se levanta, encuentra el cuerpo y avisa a los agentes.
ProPublica asegura que obtuvo las imágenes de la policía local de Weslaco, que investiga la muerte del menor y que a su vez las obtuvo de la Patrulla Fronteriza.
La dureza de las imágenes revela además puntos oscuros en la versión que la policía de fronteras dio en un principio sobre el suceso. Las dudas comenzaron cuando la autopsia reveló que Hernández había muerto de una infección relacionada con la gripe. La agencia no ha explicado por qué no lo trasladó a un centro médico ni dio ninguna atención a un menor de edad al que le habían medido fiebre alta al principio de la noche.
Además, el informe de los agentes decía que el cuerpo fue hallado en una inspección de la celda durante la noche. El vídeo muestra que fue el compañero de celda el que encontró a Hernández por la mañana y el que avisó a los agentes.
Carlos Hernández fue el séptimo caso documentado en el que un menor de edad inmigrante muere en manos de la policía de fronteras de Estados Unidos. El primero conocido fue el de Jakelin Caal, hace casi un año en El Paso. En toda la década anterior no había muerto ninguno, a pesar de que las cifras de llegadas eran similares. Grupos de defensa de los inmigrantes y congresistas demócratas han denunciado que la crueldad en el trato a los inmigrantes en la frontera es deliberada por parte del Gobierno de Donald Trump y estas son sus consecuencias.
La propia inspección interna del departamento de fronteras ha denunciado las condiciones inhumanas en las que en ocasiones se ven encerrados durante días o semanas los inmigrantes, ante la resistencia de la Administración a trasladarlos o dejarlos en libertad condicional. Los menores deben permanecer un máximo de 72 horas en centros de detención temporales en la frontera antes de ser trasladados a instalaciones del departamento de servicios sociales. De ahí son enviados al sistema de acogida o a vivir con familiares en Estados Unidos.
“Mientras las autoridades de inmigración estaban sentadas, un niño yacía muriendo de gripe en una losa de concreto [hormigón] en un charco de su propio vómito al lado de un inodoro”, afirmó en un comunicado la presidenta de la organización de defensa de los inmigrantes Families Belong Together, Jess Morales Rocketto. “Tres niños han muerto de enfermedades relacionadas con la gripe bajo la vigilancia de la Administración Trump en el último año. Necesitamos medidas de inmediato para que los niños reciban la atención vital que se merecen y asegurar que no mueran más niños en jaulas”, apuntó Morales.