Funcionarios de alto nivel de los gobiernos de Estados Unidos, México y Canadá se reunieron el miércoles en Washington para tratar de finalizar el nuevo acuerdo comercial para Norteamérica.
La sesión involucró al representante comercial estadounidense Robert Lighthizer, a la viceprimera ministra canadiense Chrystia Freeland y al subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana, Jesús Seade.
“Fue una buena reunión, se ha hecho un buen trabajo”, comentó Freeland a los reporteros luego de una sesión que duró aproximadamente una hora.
Freeland señaló que seguirá en contacto con sus contrapartes durante los próximos días, pero indicó que no se tienen planeadas más reuniones para el jueves, cuando los estadounidenses celebran el Día de Acción de Gracias.
Rechazó confirmar si recibiría a Seade en Ottawa, aunque el funcionario mexicano comentó que planeaba estar en la capital canadiense el viernes.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, comentó el lunes que los legisladores demócratas “están cerca de lograr un acuerdo sustancialmente mejor” con Canadá y México. Pero, afirmó que necesitan que Lighthizer ponga por escrito los avances que se han logrado en las negociaciones para una revisión final.
Estados Unidos, México y Canadá acordaron el año pasado reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde hace 25 años, con un nuevo pacto: el T-MEC.
Necesita ser aprobado por las legislaturas de cada nación, pero hasta ahora sólo el Congreso de México lo ha ratificado.
Freeland dijo que respeta el proceso de ratificación de cada país.
“Donde podamos ser un socio de apoyo, estaremos muy felices de serlo, y es por eso por lo que estamos aquí”, añadió la viceprimera ministra.
Seade únicamente dijo que fueron unas “buenas reuniones” porque “tenemos progreso constante”.
Los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos han insistido en algunas modificaciones al T-MEC para garantizar el cumplimiento de estándares laborales y ambientales más altos.
También quieren cambiar una cláusula que consideran un regalo para las grandes compañías farmacéuticas.