La familia LeBarón dejó sus actividades y luto para atender a una centena de representantes de medios de comunicación que desde los primeros días de la semana arribaron a esta comunidad alejada, en un lado ciego de Sonora y Chihuahua.
Visiblemente consternados los LeBarón enviaron un par de mensajes claros:
Rechazar la “verdad histórica” de que el ataque en el que perdieron la vida nueve de sus integrantes fue una confusión y de que van a defender hasta sus últimas consecuencias su comunidad.
Julián LeBarón aseguró desde el seno de su casa, localizado en La Morita, a unos 328 kilómetros al extremo noreste de Hermosillo, que no existe “confusión” alguna en la masacre orquestada contra sus familiares.
“Sabemos que las personas que dispararon conocían con precisión que los pasajeros del automóvil eran mujeres y niños, hay muchas evidencias, hay muchas pruebas”, manifestó.
Y después puntualizó:
“No hubo confusión a quiénes les estaban disparando, en lo que hay mucha confusión es en el por qué lo hicieron”.
La determinación de la familia LeBarón está a la vista de todos al confirmar que erigieron una comunidad mormona con viviendas firmes, huertos sanos y productivos, así como una cadena de comercialización que inicia en México y concluye en Estados Unidos.