El líder de la mayoría republicana en el Senado de EU dijo que espera que si hay un juicio político contra Donald Trump, este concluya antes de que acabe el año
El líder de la mayoría republicana en el Senado de EE.UU., Mitch McConnell, dijo este miércoles a sus correligionarios que espera que si hay un juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, este se desarrollará rápidamente y concluirá antes de que acabe el año.
En un almuerzo con los republicanos del Senado, McConnell afirmó que su expectativa es que la investigación abierta por los demócratas llevará a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a aprobar artículos para un juicio político contra Trump alrededor del día de Acción de Gracias, el 28 de noviembre.
McConnell calcula que eso permitiría al Senado iniciar inmediatamente el juicio político y concluirlo antes de Navidad, según informaron los diarios Politico y The Washington Post tras hablar con varios asistentes al almuerzo.
Los demócratas en la Cámara Baja no han querido establecer una agenda clara para su investigación previa a un juicio político y solo han indicado que esperan terminarla antes de 2020, pero McConnell confía en que accedan a acelerar la pesquisa para no pisar las primarias presidenciales demócratas, que empiezan en febrero.
“Él cree que los demócratas están de acuerdo en que no hay que alargar esto durante cinco semanas”, dijo a Politico uno de los asistentes al almuerzo, que pidió el anonimato.
La acción principal del juicio político se centraría entonces en las tres semanas que separan Acción de Gracias de Navidad, “y eso sería maravilloso porque no hay nada que motive más a los senadores que la fecha límite de las próximas vacaciones”, afirmó al Post el senador republicano Kevin Cramer.
Si el Senado iniciara un juicio político, el proceso se desarrollaría seis días a la semana, con apenas los domingos como día de descanso, explicó McConnell a los legisladores.
La Cámara de Representantes necesitaría una mayoría simple de 218 legisladores para enviar cargos de acusación contra Trump al Senado, algo que parece factible porque los demócratas ocupan 235 escaños.
Sin embargo, el juicio político propiamente dicho se desarrollaría en el Senado, y se necesitarían dos tercios de los votos para expulsar a Trump de su cargo, algo muy improbable dado que los republicanos controlan 53 de los 100 escaños de la cámara.
Aunque McConnell se ha mostrado dispuesto a iniciar el juicio político si así lo pide la Cámara Baja, tampoco ha descartado la posibilidad de interrumpirlo en algún punto del proceso, una opción para la que solo necesitaría una mayoría simple en el Senado.
Mientras, la investigación de los demócratas continuó este miércoles con el testimonio a puerta cerrada de Michael McKinley, un diplomático de carrera con casi cuatro décadas de experiencia que renunció la semana pasada a su cargo de asesor del secretario de Estado, Mike Pompeo, debido a la polémica sobre Ucrania.
Según Politico, McKinley declaró que decidió dimitir porque las revelaciones sobre Ucrania lo alarmaron profundamente y por considerar que el Departamento de Estado no hizo lo suficiente para proteger a la ex embajadora en ese país Marie Yovanovitch de las presiones de la Casa Blanca por motivos partidistas.
Yovanovitch testificó la semana pasada en el Congreso y dijo que Trump presionó al Departamento de Estado para despedirla como embajadora, debido quizá a los intereses financieros en Ucrania de los socios del abogado personal del mandatario, Rudy Giuliani.