China y Estados Unidos comenzaron a imponerse mutuamente aranceles adicionales a sus productos este domingo, en un nuevo paso que intensifica su guerra comercial; sin embargo, el presidente Donald Trump dijo que siguen en pie las conversaciones entre ambos países.
Trump, a través de Twitter, afirmó que su objetivo es reducir la dependencia estadunidense de China e instó nuevamente a las empresas de su país a encontrar proveedores alternativos fuera del gigante asiático.
Una nueva ronda de aranceles entró en vigor hoy con un impuesto de Pekín del 5 por ciento sobre el crudo de Estados Unidos, lo que representa la primera vez que se ataca al combustible desde que las dos economías más grandes del mundo iniciaron su guerra comercial hace más de un año.
El gobierno de Trump comenzará a recaudar el 15 por ciento de los aranceles sobre importaciones chinas por valor de más de 125 mil millones de dólares, incluyendo altavoces inteligentes, auriculares Bluetooth y muchos tipos de calzado.
En represalia, China comenzó a imponer aranceles adicionales a algunos de los productos estadunidenses en una lista de 75 mil millones de dólares.
Pekín no especificó el valor de los bienes que se enfrentan a aranceles más altos a partir del domingo.
Los aranceles adicionales del 5 y 10 por ciento se aplicaron a mil 717 artículos de un total de 5 mil 078 productos originarios de Estados Unidos. Pekín comenzará a cobrar aranceles adicionales sobre el resto a partir del 15 de diciembre.
Trump citó el domingo comentarios del economista estadunidense Peter Morici, quien dice que los gravámenes no impactarán tanto a los consumidores del país debido a la caída en la moneda china y pidió que las compañías busquen proveedores fuera de China. “Estamos hablando con China, la reunión sigue en pie, como saben, en septiembre”, dijo Trump. “Veremos qué sucede, pero no podemos permitir que China nos siga estafando como país”.