Las imágenes de un fuerte incendio en Rondônia recorrieron las redes sociales durante el fin de semana. Especial

Desde hace más de dos semanas, usuarios de redes sociales y medios locales reportan incendios forestales incontrolables que ya arrasaron varias hectáreas.

Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, se oscureció ayer a las tres de la tarde, un horario inusual para el anochecer, incluso en los días de fuerte invierno, y el extraño fenómeno divide a especialistas que señalan a la fuerte nebulosidad y a los incendios forestales a miles de kilómetros como los responsables. Brasil está experimentando la mayor ola de incendios en los últimos cinco años, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE).

De enero a agosto de 2019, los incendios forestales en Brasil aumentaron un 82 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado, de acuerdo con el INPE, basado en imágenes satelitales.


De acuerdo con un informe del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), que desde hace 28 años estudia la región, la deforestación aumentó en julio un 66 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado, lo que llevó la tasa interanual a un “preocupante” 15 por ciento.

Desde hace más de dos semanas, usuarios de redes sociales y medios locales reportan incendios forestales incontrolables que ya arrasaron varias hectáreas de bosques que se extiende a través de los estados de Acre, Rondônia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, llegando a la triple frontera entre Brasil, Bolivia y Paraguay.


Las imágenes de un fuerte incendio en Rondônia recorrieron las redes sociales durante el fin de semana, y la capital Porto Velho se sumergió en una nube de humo, de acuerdo con El País de Brasil.

En Twitter, los internautas crearon el hashtag #PrayForAmazonia, con el que comparten imágenes y videos del fuego arrasando con árboles y animales, además, denuncian la poca acción que las autoridades han tenido para sofocar el fuego.

Instituciones y compañías internacionales, incluida la NASA, mostraron en imágenes satelitales una alta concentración atmosférica de monóxido de carbono (CO) en Acre, Rondonia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, donde se ha declarado estado de alerta ambiental por el aumento de incendios.

Sin embargo, el presidente Jair Bolsonaro parece ajeno al problema.

El mandatario, que promueve la explotación de recursos naturales en áreas protegidas, lleva semanas en el centro de la polémica por su cuestionamiento de las cifras oficiales del avance de la deforestación en la Amazonía, el llamado “pulmón del planeta”.

A principios de agosto, destituyó a Ricardo Galvao, presidente del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), e insinuó que podría estar “al servicio de alguna ONG”.

Te recomendamos Islandia despide a su primer glaciar desaparecido por el calentamiento global ONU plantea ‘dieta mundial’ para salvar el planeta El enfoque de Bolsonaro sobre la selva tropical provocó que Noruega y Alemania suspendieran hace días sus aportaciones a la lucha contra el cambio climático, incluyendo los destinados al Fondo Amazonía.

Oslo, principal donante de ese Fondo, anunció el jueves el bloqueo de 133 millones de reales (33 millones de dólares). Berlín había bloqueado el 10 de agosto 35 millones de euros (39,60 millones de dólares) de otros programas hasta que las cifras de la deforestación vuelvan a ser alentadoras.

 

Los gobernadores de los estados amazónicos de Brasil, preocupados por el fin de esos aportes, criticaron el domingo las posturas de Bolsonaro y dijeron que pretenden “dialogar directamente” con los países financiadores del Fondo Amazonía.