La concentración denominada “No me cuidan, me violan”, que tuvo como propósito exigir justicia por los casos de presunto abuso cometidos por policías, derivó en agresiones hacia hombres y daños a los sistemas de transporte público, dejando un saldo de 17 personas heridas, 14 de ellas policías y dos reporteros.
Con el argumento de ser un movimiento “separatista”, desde su concentración, las manifestantes limitaron la participación de las personas del género masculino salvo a los extremos o al final del contingente, lo que generó que las mujeres más radicales gritaran, aventaran diamantina a sus rostros y en algunos casos agredieran físicamente a los varones.
Asimismo, a su paso por la estación Insurgentes del Metrobús, manifestantes con rostros tapados, además de efectuar pintas, usaron todo lo que encontraron a su paso, como palos, piedras, incluso los extintores para romper todos los vidrios correspondientes a la publicidad, al tiempo que agredían a las personas que se encontraban en el andén y accesos.
Las manifestantes también ingresaron a la estación Insurgentes del Metro, de la Línea 1, donde hicieron pintas.
“Justicia”, “Alerta que camina la lucha feminista por América Latina”, “Nos están matando y tú no haces nada”, “Agradezcan que queremos justicia y no venganza”, “El feminismo nunca ha matado a nadie, el machismo mata cada hora”, “Mi cuerpo es mío, yo decido, tengo autonomía, yo soy mía”, son algunas de las consignas que se escuchaban en la marcha de las mujeres, que contrario a su comportamiento con los hombres protegían a las de su mismo género.
Durante su marcha que rodeó la Glorieta de los Insurgentes, las manifestantes detuvieron su paso en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, en donde una valla conformada también por mujeres de la policía resguardaba el lugar.
Lo anterior evitó que las manifestantes llegaran a las instalaciones de la dependencia y afectaran el inmueble.
Derivado de los actos violentos, algunas personas resultaron lesionadas, incluso en los rostros, además se registraron agresiones contra reporteros gráficos, camarógrafos y periodistas de diferentes medios de comunicación.
Destacó la agresión contra un reportero del noticiario ADN40 de televisión, quien durante su transmisión en vivo fue agredido físicamente, no por una manifestante sino por un hombre que se encontraba en ese lugar y de manera repentina le lanzó un fuerte puñetazo al rostro.
ADN40 exigió a las autoridades capitalinas dar con el responsable y hacer justicia ante la agresión que sufrió el reportero.