El Gobierno estadounidense retrasará la entrada en vigor de los aranceles a una serie productos chinos que el presidente Trump anunció que se empezarían a imponer el próximo 1 de septiembre. Las mercancías a las que se aplicará la demora son, entre otras, teléfonos móviles, ordenadores portátiles y juguetes, que no serán gravadas con nuevos aranceles hasta el 15 de diciembre. Otros productos, que no se han especificado, serán retirados de la lista de aranceles de manera indefinida, por motivos de salud o seguridad nacional.
La medida, anunciada este martes por la autoridad de comercio estadounidense, supone una rebaja considerable de la ola de aranceles que el presidente anunció entraría en vigor el próximo mes, afectando a importaciones por valor de 300.000 de dólares, como medida de presión para desbloquear las negociaciones, en punto muerto desde mayo, que buscan una salida a la guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos y China.
La Administración Trump cede así a las presiones del mundo empresarial que se queja del impacto en sus negocios de la escalada arancelaria. La oficina del Representante del Comercio (USTR, por sus siglas en inglés) aún no ha hecho pública una lista con todos los productos afectados. Pero los que sí ha mencionado suponen un importante volumen de negocio: solo los teléfonos móviles representan más de 40.000 millones de dólares en importaciones. La decisión, según la USTR, se enmarca en el proceso de “audiencias pública” abierto tras el anuncio, a principios de este mes, durante el cual cientos de compañías han testificado que los nuevos aranceles perjudicarían gravemente a sus operaciones.
Retrasando los gravámenes al 15 de diciembre, las empresas tendrán tiempo para importar el stock de productos que necesitan para las campañas de vuelta a la escuela y de Navidad. La bolsa ha subido tras el anuncio de la demora, empujada por las acciones de compañías detallistas y fabricantes de componentes tecnológicos.