El nuevo esquema de distribución busca que la farmacéutica lleve el medicamento y productos de curación al almacén del gobierno que le asignen y de ahí que los distribuidores lo muevan hacia los puntos de salud.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Secretaría de Salud (SSA) convocaron a empresas privadas para participar en la licitación del servicio de almacenamiento y distribución de fármacos para el sector.
Esta licitación es la primera en su tipo en México, pues el proceso de compra de medicamentos se separó del de la distribución, con la intención de quitar el control de este mercado a empresas que, según el gobierno, cargaban un sobreprecio que superaba el 35 por ciento por sus servicios de repartición, cuando lo normal es que el costo fuera de entre 5 y 7 por ciento.
Expertos consultados por El Financiero criticaron la propuesta de licitación, al considerar que la intención de centralizar en el gobierno la distribución de medicamentos amenaza con duplicar los tiempos de entrega y encarecer hasta 10 por ciento el costo del servicio logístico.
Lo anterior, debido a que los medicamentos se resguardarían en almacenes del IMSS, ISSSTE y de la compañía de participación mayoritaria estatal, Birmex, desde donde empresas con almacenes en el Valle de México tendrían que repartirlos al resto del país.
“Algo que nos han contado los laboratorios es que el reparto de los medicamentos se hará desde los almacenes de las instituciones que hay actualmente (IMSS, ISSSTE y Birmex) y en algunos otros que no les han sido indicados, pero lo que busca el gobierno es gastar lo menos”, comentó Aldo Rodríguez, director comercial de Consultoría Integral en Salud y Farmacéutica (CISFA).
Gráfico: El Financiero.
La licitación de distribución dividirá el país en siete regiones –Norte, Pacífico, Golfo, Centro, Sureste, Sur y CDMX–, de las cuales cada una contará con una subpartida de red fría, seca y materiales de curación, con lo que habrá 21 partidas, de las cuales cada distribuidor solo podrá ganar una de ellas.
Actualmente, cuando un medicamento se pedía en la clínica de salud, su proceso iniciaba en el almacén del distribuidor privado, que con sistemas robotizados programaba las entregas según las órdenes de pedido, donde farmacéuticas los entregaba.
“No se están dando cuenta de todos los costos que implica el centralizar en puntos de distribución (del gobierno), van a tener una cadena más cara de la que tienen ahora porque estarán pagando un sistema alterno que no existía”, declaró José Ambe, director general de la consultora Logística de México (LDM).
Con el nuevo esquema, la farmacéutica llevará el medicamento y productos de curación al almacén del gobierno que le asignen y de ahí los distribuidores lo moverán hacia los puntos de salud.
“Ni ellos han terminado de precisar cuántos almacenes hay en las regiones, un escenario catastrófico es que los tráileres se quedarán formados esperando entrar al almacén que ya no tiene cupo ni las condiciones para refrigerar”, alertó Enrique Martínez Moreno, vicepresidente del Instituto de Investigación e Innovación Farmacéutica (IIF).
Martínez Moreno agregó que el principal reto serán los almacenes del gobierno que funcionarán como centros de distribución sin contar con la infraestructura, tecnología ni personal.
“Hay que tomar en cuenta que son aproximadamente 2 mil 500 puntos de entrega en todo el país y tenemos especialistas en ello, el truco de la distribución está en el volumen y tantas partidas no queda claro, además de que al contratarlos como servicio independiente genera IVA”, alertó Martínez.
Logística de México estima que el margen de utilidad de las distribuidoras privadas en promedio es de entre el 2 y 9 por ciento, esto porque hay costos operativos como el gasto de combustible y electricidad que los presiona.
“Habrá que ver quiénes participan y cómo lo hacen, veo complicado el tema de la recepción de los productos en las siete regiones y cómo se hará la distribución de los almacenes, no se aclaró cómo se hará esa parte”, dijo Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
A pesar de que el gobierno ha defendido sus nuevos procesos, cabe destacar que en la pasada compra consolidada de medicamentos, que buscaba reducir el costo de los fármacos, 62 por ciento de las 3 mil 90 claves que licitaron quedaron desiertas porque las farmacéuticas no ofrecían el ahorro que buscaba o porque no quisieron aceptar el precio máximo del gobierno.
Ante la nueva licitación para el servicio de almacenamiento y distribución, la industria ve riesgo en la planeación que se tenía con antelación.
“Con planeación es muy fácil, lo que es difícil es que me digan ‘fabrícate ahorita a un mes el medicamento’, si no tengo la materia prima es imposible, pero con planeación se bajan precios y se facilita todo”, mencionó Juan de Villafranca, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf).
De acuerdo con un reporte de la SHCP, el 68.2 por ciento de la compra consolidada para el 2019 se concentró en cinco empresas: Grupo Fármacos Especializados, Farmacéuticas Mayo, Distribuidora Internacional de Medicamentos y equipo médico Ralca y Comercializadora de Productos Institucionales.