Germán Martínez explicó cuál fue la causa de su renuncia, lo que considera que requiere la institución y su visión sobre el nuevo titular, Zoé Robledo.
El exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Germán Martínez, dijo este lunes que la mayor corrupción en la institución de salud se da relacionada con la subestimación de las cuotas obrero-patronales, el outsourcing y los esquemas de simulación de las compañías para evitar pagos.
Martínez renunció como titular de la dependencia federal el 21 de mayo tras cuestionar los graves recortes de personal y la agresiva política de ahorros en el organismo. Actualmente, se desempeña como senador.
“La principal corrupción del IMSS es la subestimación de las obras obrero-patronales, el outsourcing, los esquemas de simulación tributaria para no pagarle al instituto”, afirmó en entrevista para Grupo Fórmula.
El exdirectivo mencionó que, al no permitir que el IMSS gaste sus cuotas obrero-patronales, se fortalece el sector de salud privado.
“Lo que el IMSS requiere es que lo dejen gastar sus cuotas obrero-patronales, que el sistema sea apoyado con dinero porque, la verdadera tragedia, es que se fortalecerá el sistema de salud privado”, puntualizó y pidió a los funcionarios de Hacienda tener una mayor sensibilidad al respecto.
Martínez expuso que, a pesar de las críticas, el instituto de salud es “entrañabilísimo”.
“El IMSS tiene un problema: es entrañabilísimo; todo el mundo lo critica, pero todo el mundo le pide un favor. Es entrañable, con tantita sensibilidad, al IMSS se le debe querer mucho (…) En seis meses que estuve ahí, sé que hay que cuidarlo, que hay que transformarlo, pero no destruirlo”, mencionó.
Acerca del nuevo titular del instituto, Zoé Robledo, el senador destacó que está trabajando por mejorar la relación con Hacienda, dependencia encabezada por Carlos Urzúa.
“Cuando yo renuncié, el 21 de mayo, soltaron algo de dinero. Tan hay márgenes que, después de que no se recibía al IMSS (por parte de Hacienda), se toman una foto. Me da mucho gusto; estoy seguro de que el nuevo director va a recomponer la relación entre ambas instituciones”, declaró.
Recalcó que su renuncia fue algo personal y que “no la tomó nadie más”.
“Yo no salí corrido, ni vendido, ni bandido. La tomé porque vi que yo ya no podía con esa responsabilidad”, aseveró.