CIUDAD DE MÉXICO.- Cancelaciones arbitrarias, reembolsos engorrosos y retención de los anticipos tanto para el cliente como el anfitrión son sólo algunos de los principales problemas que los usuarios de la plataforma de alojamiento Airbnb han experimentado en México.
Por lo anterior la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), inició el año pasado un procedimiento administrativo por violación a diversos artículos de la Ley Federal de Protección al Consumidor, entre los cuales destacan afirmaciones contrarias a lo establecido en los “Términos de Servicio” localizados en la página de internet de esa compañía.
El organismo detectó publicidad engañosa ya que el proveedor señala que presta servicios de reserva de alojamientos y experiencias especiales, de calidad y confort verificados, sin embargo, en sus “Términos de Servicio”, se deslinda de cualquier responsabilidad legal, ya que establece que no crea, vende, suministra, revende, controla, gestiona, ofrece entrega, ni presta, ningún anuncio, ni servicio de anfitrión y los responsables de la prestación del servicio son sus socios comerciales denominados anfitriones.
Además, la Profeco encontró que el proveedor también violó el Artículo 76 Bis, fracción III al no señalar su domicilio físico y teléfonos dentro del territorio nacional, a efecto de que los consumidores tengan fácil acceso para presentar alguna reclamación o solicitar aclaraciones.
Luis Barrios, expresidente de la Asociación Nacional de Cadenas de Hoteles (ANCH), aseguró recientemente que el sector hotelero enfrenta una competencia desleal importante por el fenómeno del alquiler de viviendas particulares con fines turísticos ya que han proliferado sin la certeza jurídica adecuada afectando a una industria formalizada y causando un quebranto fiscal a todos los mexicanos, pues en su mayoría estos establecimientos siguen patrones de informalidad, no obstante que uno de cada cuatro propietarios es dueño de múltiples departamentos o viviendas.
Según cálculos de la ANCH, uno solo de estos jugadores en la industria debería pagar por concepto del Impuesto al Valor Agregado cerca de dos mil 400 millones de pesos de IVA al año, y en realidad está generando a las arcas públicas sólo una pequeña fracción de estas cantidades.
La hotelería no está en contra de las ofertas de producto que benefician al consumidor al ofrecerle más opciones, la innovación es parte del ambiente de negocios en nuestro sector, y no le tenemos miedo a la competencia, pero no se vale que no exista un terreno parejo”.
El estudio realizado por la Facultad de Turismo de la Universidad Anáhuac, es menos conservador y calcula que Airbnb podría evadir al fisco hasta 4 mil 100 millones de pesos anualmente.
Los hoteleros han pedido a la Secretaría de Turismo que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tome cartas en el asunto pues de la recaudación bien se podría compensar el apoyo para la promoción turística. A pesar de ello, el SAT, no ha incluido en la Miscelánea Fiscal y en el Complemento Servicios de Plataformas Tecnológicas para este año, a este tipo de servicios de hospedaje.
La Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHM), calcula que ese tipo de alojamiento ya significa más del 12% de la oferta hotelera del país y va al alza por lo que si no se regula más adelante será más fácil que se oferte este servicio sin normas de seguridad y sin cumplir con requisitos gubernamentales.
Según los datos más recientes México tiene registradas 47 mil unidades dedicadas a esta actividad, donde la tarifa promedio es de 201 dólares y se realizan cerca de un millón de reservaciones con una estadía promedio de 3.9 noches. Por lo que se calcula que las ventas estimadas rondan los 13 mil 600 mil millones de pesos anuales.
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