Los hermanos González Villarreal, originarios del estado de Sinaloa, fueron detenidos en el estado de Johor por la Policía Real de Malasia en posesión de drogas
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó la noche del viernes que los tres ciudadanos mexicanos que en 2012 habían sido sentenciados a pena de muerte por delitos contra la salud fueron repatriados este viernes desde Malasia tras haber recibido el perdón del sultán del Estado de Johor, Ibrahim Ismail Ibni Almarhum Sultan Iskandar Al-Haj.
En un breve comunicado, el gobierno mexicano reconoció la acción humanitaria del sultán, quien en septiembre pasado había anunciado su decisión de conmutarles la pena de muerte.
La cancillería reiteró su compromiso de brindar asistencia y protección consular a los mexicanos en el exterior, como ocurrió en este caso. Asimismo, expresa que el Gobierno de México se opone a la pena de muerte y apoya la adopción de una moratoria de ejecuciones y eventualmente su abolición”, agregó.
El 4 de marzo del 2008 los hermanos González Villarreal, originarios del estado de Sinaloa, fueron detenidos en el estado de Johor por la Policía Real de Malasia en posesión de drogas, delito que en el país asiático se castiga con la pena de muerte por ahorcamiento.
Durante el juicio, su defensa argumentó que los mexicanos trabajaban limpiando la fábrica donde se descubrió un laboratorio de metanfetaminas. En 2012 fueron sentenciados a pena de muerte por el delito de narcotráfico y tras una apelación, en 2015 las autoridades habían ratificado la condena.
El pasado 20 de septiembre de 2018, los hermanos mexicanos Simón, Luis Alfonso y José Regino González Villarreal recibieron la conmutación de la pena de muerte, a la que habían sido sentenciados en Malasia, por cadena perpetua.
Ese día, la cancillería informó que después de “múltiples” esfuerzos diplomáticos se logró conmutar la sentencia de muerte impuesta en 2012 a los tres mexicanos.
La SRE aseguró que la decisión del sultán de dar el perdón se logró “como resultado de un largo proceso de trabajo e intenso diálogo que emprendió la SRE con autoridades federales malasias”.