Desde febrero de 2018, Leticia Servín Moreno no ha visto a su hijo: su padre lo llevó al cine y no lo regresó.
Ciudad de México. Leticia Servín Moreno no ha visto a Dante, su único hijo, desde febrero de 2018 cuando su papá, Edgar Ocampo Gudiño, lo llevó al cine. Ya no se lo regresó y en un juicio del que no fue notificada, el juez segundo de lo civil del décimo cuarto distrito con sede en Jalisco, le concedió a su ex pareja, de manera provisional, la guarda y custodia del menor.
Las causas esgrimidas son, entre otras, que por su profesión de músico y actriz no convive con su hijo y que por las giras y presentaciones que realiza está impedida de estar en un lugar estable. Además, el juez aceptó como argumento que cuando el niño vivía con su mamá estaban en una casa que compartía con una amiga y en donde permitía entrar “a músicos y personas extrañas”.
En entrevista con La Jornada, la también compositora de 46 años de edad, narró que once meses después del nacimiento de Dante, Edgar se fue de la casa que habitaban en Ciudad Guzmán, Jalisco, y durante los cerca de cinco años que vivió allá -tres de los cuales estuvo sólo con su hijo- fue víctima de violencia física y emocional.
Decidió regresar a ciudad de México para continuar con su carrera musical, que “Edgar no quería que retomara”. A los dos meses, él visitó al menor y se lo llevó al cine. Fue la última vez que Leticia vio a su hijo. A partir de ese momento, en febrero de 2018, inició su peregrinar por la vía judicial que cada vez la consume más en tiempo y recursos.
En la capital del país, ella interpuso una demanda para solicitar la guarda y custodia del menor. Al ser informada que Edgar “estaba desaparecido” puesto que no mantenía comunicación con Leticia y tampoco lo encontraba en la casa donde habían vivido, la juez tercero de lo familiar, Silvia Gómez González, le ordenó que lo buscara para notificarle del juicio que se iniciaría en su contra.
Pasaron 11 meses antes de que lo pudiera encontrar y mientras tanto, Edgar tramitó en Jalisco otra demanda para estar a cargo de Dante, lo cual le fue concedido provisionalmente por el juez Antonio Gutiérrez Ramírez. Lo anterior, dijo Leticia, “se hizo con claras violaciones y omisiones. No se me notificó del proceso”, por lo que ya interpuso un recurso de apelación.
En ese proceso, el juzgador también aceptó como causal para quitarle la guarda y custodia de Dante, las presuntas intenciones, negadas por Leticia, de llevarse al niño a Estados Unidos. En la sentencia, se menciona que el juez Gutiérrez Ramírez platicó con el menor quien le manifestó, entre otras cosas, que no recuerda cuando vivió con su mamá. A ella le resulta extraña esta declaración pues estuvieron juntos por cuatro años y medio.
De igual manera, el juez aceptó que “su progenitora no sabe la forma de crianza de su menor hijo pues se ha abstenido de visitarlo”, cuando, agregó Leticia, en este año dos meses ella intentó estar cerca de él pero sin éxito.
Ante esta “huracán” que enfrenta, como ella lo llama, siente que no puede frenarlo. “Pareciera que la ayuda que voy a buscar y que pido a la autoridad, incluso me castiga más”, dijo.
Hay madres que por prejuicios machistas y discriminación no pueden estar con sus hijos, los cuales, además, les fueron arrebatados por los propios padres y con la venia de jueces. En los procesos para obtener la custodia de los hijos, “lo que entra en juego todo el tiempo son estos prejuicios y estereotipos”, coincidieron las organizaciones Equis Justicia para las Mujeres y Justicia Pro Persona.
La Red por la Ciudadanización de la Justicia ha hallado sentencias en las cuales se establecen serias discriminaciones hacia las madres: en el caso de una mujer española, en la resolución quedó escrito que debía tomar terapias “para adecuarse al rol de madre tradicional mexicana”; en otro caso similar, se expuso que “no se puede ser madre y trabajar al mismo tiempo”.
Fátima Gamboa Estrella, coordinadora del área legal de Equis Justicia para las Mujeres, expuso que en un análisis a diversas sentencias emitidas en diferentes tribunales del país se advirtió que en 70 por ciento no se valoraron las pruebas con perspectiva de género.