Asa Cristina Laurell. El sector salud analiza si mantendrá la construcción de unos o si los abandona por ser mejor opción.
La Secretaría de Salud informó que con la desaparición del Ramo 23 —a través del cual la Cámara de Diputados solicitaba recursos a Hacienda— se acabó con los moches y actos de corrupción que, en tres sexenios, significó dejar en el abandono, inconclusas e irregulares 324 obras hospitalarias, además de tomógrafos, mastógrafos y equipo de radiología embalados, con garantía y seguros caducos.
“Ahí tenemos el Ramo 23, que era el fondo de los moches, que usaban los diputados para construir algo, le pasaban a ellos una parte y ya no se hacía el proyecto; lo interesante no era construir, sino era cuánto podían ellos sacar de eso. Muchas obras son un caos, no tienen ni pies ni cabeza, son un ejemplo del daño patrimonial causado al país”, acusó Asa Cristina Laurell, subsecretaria de Integración y Desarrollo del Sector Salud.
Explicó que compete a la Auditoría Superior de la Federación efectuar las investigaciones y, en su caso, interponer las denuncias por daño patrimonial, “porque ya tiene más dientes y puede hacer denuncias penales”. Laurell detalló que la administración de López Obrador cuenta con 14 mil 600 millones de pesos para invertir en infraestructura hospitalaria viable y, seguramente, se hará un rediseño.
“Estamos viendo qué proceso debemos aplicar para recuperar ese equipo embalado, sin incurrir en responsabilidades”, dijo, tras referir que los mecanismos se están viendo a través del Seguro Popular. Se está analizando qué obras hospitalarias —independientemente de si cuentan con un avance de más de 70 por ciento de construcción— se recuperarán y cuál será el destino del resto de las obras: “Un hospital mal planeado, mal construido, a veces cuesta muchísimo más recuperarlo que convertirlo en ruinas.
“Se hará una georreferenciación, por ejemplo, si un Hospital General está saturado, ya existe una razón para no continuar con la obra detenida, me va a representar bajar los tiempos de espera para una cirugía y estudios cardiovasculares, reducir la carga de trabajo.
“Hay hospitales, con ocupación de 25 por ciento por lo que se están programando transformarlos en centros de salud fortalecidos con rayos X, con laboratorio y sala de expulsión para atender partos. Nuestra tarea es que funcionen los servicios de salud, pero no vamos a permitir ninguna corrupción en nada”, advirtió.
Son 250 obras registradas en el Plan Maestro de Infraestructura Física en Salud y 74 adicionales que se detectaron sin ese registro legal, lo que ya representa una “irregularidad”, que obtuvieron transferencias de financiamiento federales a través del Ramo 23.
Conforme al plan maestro, 126 se encuentran en construcción (75 forman parte de consulta externa y 51 de hospitalización) y 124 están suspendidas (91 de consulta externa y 33 de hospitalización); en tanto, de las 74 que no están en ese plan, 37 están en proceso (24 de consulta externa y 13 de hospitalización) y suspendidas, 37 (33 de consulta externa y cuatro de hospitalización).
“Hay hospitales comunitarios, de 15 a 18 camas, con especialidades de obstetricia, pediatría, medicina interna y cirugía, planeados para funcionar 24/7; para que esto ocurra se necesitan cinco turnos de especialistas y no los hay”.