Madrid. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de la ONU en Malí han condenado la matanza étnica ocurrida este sábado en la localidad de Ogossagou, en el centro del país africano, en donde han muerto al menos 134 pastores de la etnia fulani.
El ataque tuvo lugar en torno a las 05 horas de este sábado cuando decenas de hombres vestidos con el traje tradicional de los cazadores donzo, cazadores tradicionales de etnia bambara — el principal grupo étnico de Malí — irrumpieron en la aldea acabando con la vida de más de 100 personas, entre ellas mujeres y niños, según ha informado la misión de la ONU.
El representante permanente de Francia ante la ONU, François Delattre, en su calidad de presidente de turno del Consejo de Seguridad, ha condenado este ataque durante una rueda de prensa en Bamako, la capital de Malí.
Por su parte, el embajador de Costa de Marfil ante Naciones Unidas y coorganizador, junto a Francia y Alemania, de la expedición del Consejo, Kakou Houadja Léon Adom, ha mostrado sus condolencias a las víctimas del atentado, así como al pueblo y al Gobierno de Malí. “Se trata de un acto de “barbarie indescriptible”, ha añadido.
“El suceso de esta mañana es un desafortunado recordatorio de que hay muchos desafíos pendientes”, ha señalado el jefe de la Misión, Mahamat Saleh Annadif, quien ha hecho un llamamiento para acabar con la “espiral de violencia” en la que se encuentra sumida el centro del país.
La ONU ha desplegado este sábado una fuerza de intervención rápida en el lugar de la masacre como parte de su mandato de proteger a los civiles. Además, ha facilitado la evacuación de los heridos a la ciudad de Sévaré, a 20 kilómetros de Mopti.
Desde principios de este año, la región de Mopti ha sufrido varios episodios de violencia. Por ejemplo, el pasado domingo, el campamento de las Fuerzas Armadas del país, en la localidad de Dioura, fue atacado y varios de sus soldados perdieron la vida.
Asimismo, el 26 de febrero, diez personas de la comunidad Dogon fallecieron en un ataque contra la villa de Gondogourou. Y nada más empezar el año, el 1 de enero, 37 personas fueron ejecutadas en la localidad de Koulogon.
Esta situación de violencia ha sido uno de los asuntos que se han tratado en las diferentes reuniones de los miembros del Consejo de Seguridad reunidos en Bamako. “El mensaje unánime que nos ha llegado es la necesidad de romper la dinámica negativa entre las diferentes comunidades y hacer todo lo posible para intentar restablecer un círculo virtuoso”, ha concluido el embajador Delattre.
La violencia en Malí, otrora confinada al desértico norte, se ha extendido hacia el sur en los últimos años en parte al reclutamiento de los yihadistas entre los fulani marginados, que viven principalmente en el centro del país.