De las 9 mil 200 Estancias Infantiles que operan en el país y que atienden a alrededor de 300 mil niños que van de los tres meses a los cinco años de edad, únicamente 1.8 por ciento, es decir, unas 165, recibieron en 2017, por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), “observaciones” consistentes, en su mayoría, en la cobertura de atención inferior al 100 por ciento.
De hecho, el órgano auditor de la Cámara de Diputados avaló “el comportamiento de la cobertura y la operación” de estas guarderías, que se encuentran hoy virtualmente a un paso de su transformación, ante la decisión del Gobierno federal de reducir a la mitad el presupuesto destinado a estas entidades, al pasar en términos redondos de 4 mil millones a 2 mil millones de pesos.
El Programa de Estancias Infantiles tiene 12 años de funcionamiento —inició en 2007, en la administración del entonces presidente Felipe Calderón—, y las Cuentas Públicas de aquel año a la fecha presentan “irregularidades mínimas” que tienen que ver con asuntos de carácter administrativo.
El personal que atiende estas estancias ha sido, a lo largo de más de una década, capacitado y en un elevado porcentaje cumple con su encomienda de otorgar un cuidado profesional y humano a los niños de madres trabajadoras, en su mayoría de escasos recursos, en lugares de marginación media y alta.
Además, proporcionan a los pequeños dos alimentos de calidad al día, terapias, actividades recreativas y deportivas, señala el informe más reciente de la ASF.
Una exfuncionaria del gobierno anterior, quien pidió el anonimato, dijo que a su arribo al poder, el entonces presidente Enrique Peña Nieto, admitió que no era ese un programa que formara parte de su oferta de campaña, por lo que de entrada pidió a sus colaboradores una evaluación del mismo.
El resultado, dijo, determinó que se trataba de un programa valioso que valía no solo conservar, sino mejorar e impulsar porque la población beneficiaría no eran solamente los 300 mil niños bajo la atención directa de las estancias, sino las mamás trabajadoras que tenían un lugar seguro donde dejar a sus hijos.
Con base en los resultados ofrecidos por la Cuenta Pública más reciente, la del año 2017, el balance de “observaciones” de las Estancias Infantiles, según la exfuncionaria, “no sería motivo justificado para cerrar un programa de tantos beneficios” para un sector vulnerable como es al que está dirigido.
La ASF, en tanto, detalló que a lo largo de los últimos años realizó a este programa las llamadas “auditorías de desempeño”, que buscan mejorar la operación de las entidades auditadas, pero no se le practicaron inspecciones relativas a supuestos malos manejos en sus tareas económicas y financieras.
Las voces en contra de recorte presupuestal se han multiplicado en las últimas semanas, al grado que ha habido plantones y manifestaciones a las afueras de Palacio Nacional, durante las conferencias del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y en las Cámaras de Diputados y de Senadores, para buscar revertir la medida.
POR LUCIANO FRANCO