Nueva York. Por primera vez el jurado escuchó la voz de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, acordando el envío de drogas ilícitas a Estados Unidos, en lo que es hasta ahora la evidencia potencialmente más dañina y directa contra el acusado en su juicio por narcotráfico en un tribunal federal en Brooklyn.
Pedro Flores, testigo cooperante de la fiscalía, quien junto con su hermano gemelo Margarito fueron entre los principales distribuidores del cartel de Sinaloa en Estados Unidos, por segundo día declaró sobre su negocio ilícito con “The Man” o “El Señor”, como se refiere a Guzmán.
La fiscalía presentó fragmentos de audio grabados por Flores bajo ordenes de la agencia antinarcoticos estadounidense, la DEA, de sus comunicaciones por teléfono con Chapo y su gente, incluyendo su hijo Alfredillo y su primo Juancho, con quienes había trabajado desde 2004. A mediados de 2008, los gemelos Flores empezaron a negociar con la DEA, en México y como parte del acuerdo para reducir sus eventuales condenas y proteger a sus familias, acordaron traicionar a sus socios y clientes, entre ellos a los líderes del cartel de Sinaloa.
Como admitió Flores este miércoles, “estaba trabajando para la DEA tratando de entramparlos”. Y lo logró, primero grabando a Alfredillo hablando de un envío de 18 kilos de heroína con un valor de 55 mil dólares por kilo, y después, logrando grabar dos llamadas con el Chapo sobre el mismo asunto el 15 de noviembre de 2008.
En una llamada, Flores le pide si puede pagar por adelantado por más heroína pero con “una reducción de cinco pesos”, explicando al jurado que estaba buscando que se lo dejara a 50 mil dólares el kilo. Informa que ya le habían entregado “20”, o sea, 20 kilos. El Chapo le dice, que “ah bueno entonces, este, mañana recordó el dinero, esta bien… esta bien a ese precio” y pide si puede “enviar ese dinero” aquí.
En la otra grabación ese mismo día, hablan de como hacerle para una entrega de dinero en Chicago, explicando que el encargado de recibir el dinero “está en Chicago ya”. Después negocian sobre el envío de hasta otros 40, lo que Flores explicó son kilos de heroína y le dice al Chapo que se vendió rápido porque “es que de veras, eh, me salieron bien chingones, pa’ que le miento. El Chapo responde que “ah, que bueno”, pregunta si no está recibiendo producto de otra gente, y acuerda que “ah bueno, yo te lo mando entonces… de esta semana a la otra”.
Pero a la otra, dos semanas después de estas llamadas, los Flores se habían entregado a la DEA. A cambio de su cooperación en este juicio, junto con su testimonio y participación en casos contra otros 50 acusados, su condena potencial de cadena perpetua fue reducida a 14 años de prision, y con otros descuentos, los hermanos Flores podrían salir libres en unos 2 años más.
La defensa del Chapo intentó, en el contra-interrogatorio, minar la credibilidad de este testigo y generar dudas sobre su narrativa. El abogado William Purpura atacó las versiones y los motivos de Flores, preguntando por qué no había mencionado al Chapo pero si al Mayo Zambada y Arturo Beltrán Leyva entre otros en múltiples interrogatorios por agentes y fiscales a lo largo de sus 10 años bajo custodio del gobierno estadunidense.
Intentó manchar su imagen ante el jurado al insistir que había entregado a las autoridades a varios amigos, incluso algunos de infancia en su barrio de La Sillita en su natal Chicago, a cambio de rescatarse a sí mismo y su familia. Habló de como uno de sus clientes, un “dealer” local, fue asesinado en una peluquería en Chicago, y poco después su novia se fue a vivir y hasta se casó con Margarito Flores, preguntando si los hermanos lo habían matado. Finalmente, intentó provocar dudas sobre si la voz del Chapo en las grabaciones era real.
Purpura también preguntó sobre si había entregado todos sus bienes, señalando que aun tiene 9 casas de lujo en Guadalajara, los más de 40 vehículos – entre ellos un Ferrari y un Lamborghini que se había comprado y más.
Incluso señaló que su esposa, junto con la de su hermano, estaban lucrando con todo este caso, ya que cada una recibió 500 mil dólares por escribir el libro “Cartel Wives”, y dijo que también les pagaron un monto aun secreto por los derechos del libro para posibles producciones de televisión y/o cine.
Se supone que cualquier futura historia incluirá el episodio en que Flores embarazó a su esposa en un baño en unas instalaciones de la DEA durante una visita “familiar” poco después de que se entregaron a las autoridades. Según Flores, fue idea de su esposa seguirla al baño mientras estaban distraídos los agentes. Hasta el Chapo se rió al escuchar esa aventura.
Este jueves continuará el desfile de oficiales de seguridad pública y agentes antinarcóticos y el proceso se suspenderá para el receso navideño hasta el 3 de enero.