Gobierno deberá pagar capital e intereses, dice la calificadora Standard & Poor´s.
El gobierno federal quiere llegar a un buen arreglo con los tenedores de los 6,000 millones de dólares que prestaron para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, que se canceló.
De acuerdo con la información disponible, se quiere dar certidumbre a los mercados, credibilidad y reducir el apalancamiento de los bonos.
Sin embargo, la calificadora Standard & Poor’s refirió sobre la calificación de los bonos: “Consideramos que estas acciones son parte integral de la estrategia del gobierno para discontinuar el proyecto”.
Y que la revisión especial de la calificación de esos instrumentos, con implicaciones negativas, refleja una posibilidad de 50% de que bajen la nota en los siguientes 90 días si perciben que la fortaleza crediticia de la transacción que se propone es más débil que antes, apuntó la agencia.
“Esto podría suceder si el fideicomiso no obtiene el consentimiento, lo que eventualmente podría detonar un evento de incumplimiento, que a su vez podría poner en riesgo el pago en tiempo y forma de las notas”, destacó la calificadora en un reporte por la tarde del lunes.
Este lunes quedaron muchas dudas entre los expertos. Se deben 6,000 millones de dólares que se colocaron en bonos verdes en Nueva York, Holanda y Singapur, que deben ser respaldados por proyectos ecológicos y 1,500 millones de dólares en un Fibra E, que se colocó en México, principalmente entre afores.
El gobierno federal, dice un experto en colocaciones, ofrece comprar 1,800 millones de dólares de los 6,000 millones de dólares colocados en el extranjero, y se preguntó: ¿Qué pasará con los tenedores de los otros 4,200 millones de dólares? ¿Se reducirán sus beneficios?
“Si el gobierno decide expropiar la concesión o darla por terminada de manera anticipada, los tenedores de los bonos tendrían derecho de acelerar el pago de las notas y el fideicomiso estaría obligado a redimirlas a 100% de su monto principal más los intereses acumulados y no pagados”, escribió el mes pasado Standard & Poor’s después de conocer que se cancelaba el proyecto de Texcoco.
El gobierno federal, de acuerdo con lo informado, quiere subastar los 1,800 millones de dólares, esto es, pagar al menor precio posible los bonos que recompre y renegociar las reglas con los inversionistas que se queden con sus bonos.
Otro experto destacó que lo que buscó la administración entrante, fue evitar que se presentaran demandas en cortes en Nueva York ante la cancelación del nuevo proyecto.
“Al reducir la deuda mejora la calidad del financiamiento, porque con la misma Tarifa de Uso de Aeropuerto se sirve menos deuda”, expuso una fuente cercana a la operación.
También, dice el experto, en caso de incumplimiento, los bonistas podrían acelerar el pago de esa deuda si cuentan con al menos 25% del beneplácito de los tomadores del papel.
Poca claridad
Los expertos en colocaciones destacaron varios elementos que aún no están claros. El gobierno dio un paso importante, propuso los 1,800 millones de dólares porque no querían poner en riesgo la viabilidad de las finanzas públicas. “Una parte será financiada con la actual TUA y otra parte podría ser con recursos públicos del presupuesto de 2019, pero eso no está claro”, agregó el entrevistado.
Lo que preocupa a los analistas es que se compraron los papeles con base en un plan de negocios que ya no existe y el colateral que tenían ya no está.
“Existe un componente de incertidumbre, que nadie sabe cuándo va a terminar”, explicó el analista, que ha participado en varias colocaciones.
Uno de los expertos destacó que sería poco probable que los tomadores de bonos que no participen en la subasta de los 1,800 millones de dólares se quedaran con sus papeles y habría pocas posibilidades de que quieran cambiar las reglas.
“La incertidumbre llevará a algunos bonistas a aceptar las condiciones que les ofrezcan, ahora tienen cierta certidumbre, pero las cosas pueden cambiar en el corto plazo, creo que algunos aceptarán las nuevas condiciones”, explicó el experto.
Finalmente se destacó que los bonos fueron emitidos en esos mercados por la liquidez y la profundidad que existe en esas plazas bursátiles.
Papeles ya están cerca de lo ofertado por el gobierno
Después del anuncio de la compra de los bonos del aeropuerto de Texcoco, loss instrumentos repuntaron en el mercado secundario.
Ayer, los bonos registraron alzas de 7.32 y 10.26% para las series con vencimiento a 10 años, así como de 2.15 y 10.67% para los vencimientos a 30 años, de acuerdo con información de Markets Insider.
Iván Santiago, director general de BlackBull Advisors, una firma de asesores de inversión, explicó que con los incrementos de este lunes, el precio de 90 dólares que se está ofreciendo con la recompra de los bonos se acerca a los niveles actuales de cotización. Las series emitidas en el 2016 se intercambiaron en 83 y 88 dólares y las del 2017 se negociaron a 86 y 76 dólares. El diferencial que se pagaría a estos precios iría de 2.72% y hasta 18.42 por ciento. “Depende del perfil de los inversionistas, pero en general pensaría que si adquirieron un bono con vencimiento a 2047 realmente no les preocupa el corto plazo, si el gobierno incumple y demandan en Estados Unidos podrían obtener mejores beneficios, yo no aceptaría la propuesta actual”, comentó Iván Santiago. (Con información de Judith Santiago)