El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos urgió a los legisladores a que emprendan un debate serio y apegado a las prácticas internacionales.
La iniciativa de participación ciudadana presentada por Morena en el Congreso propone la creación de la figura de la revocación de mandato y el uso recurrente de la consulta popular, que podría generar un “alto poder disruptor y de incertidumbre”, así como decantar la democracia directa, alertó Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Urgió a los legisladores a que emprendan un debate serio y apegado a las prácticas internacionales, puesto que el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador pretende incrementar la posibilidad de recurrir al mecanismo, donde pretende eliminar la restricción de que las consultas deban ser concurrentes con las elecciones federales, y ahora se propone que las consultas populares se realicen cada año el primer domingo de julio.
La Ley Federal de Consulta Popular, aprobada en el 2012, especifica que las consultas populares abordarán temas de trascendencia nacional, que sólo pueden llevarse a cabo en concurrencia con las elecciones federales y que sus resultados son vinculantes sólo si participa el 40% de los votantes inscritos en la lista nominal.
La consulta relativa al Nuevo Aeropuerto de México (NAIM), por ejemplo dijo, generó muchos y graves cuestionamientos que el gobierno entrante debe atender, si pretende recurrir frecuentemente a esta figura. Lo cual explica que la bancada de Morena en la Cámara de Diputados haya presentado una iniciativa legislativa en la materia, cuestionó De Hoyos en su mensaje semanal “La Señal Coparmex”.
“Si bien creemos que la legislación vigente constituyó un excelente primer paso en el camino hacia la consolidación de la democracia participativa, también consideramos que se puede aprovechar el interés del gobierno entrante en estos instrumentos, para decantar la democracia directa y sus instrumentos de la mejor manera posible”, advirtió.
Los empresarios se dijeron convencidos de que la participación ciudadana es imprescindible en la democracia. Sin embargo, la regulación debe ser cuidadosa y no caer en un uso abusivo o extralegal del mecanismo, y que debe promoverse su apego a las mejores prácticas internacionales.
En los últimos años los mecanismos de democracia participativa, como el referéndum, el plebiscito, la iniciativa ciudadana o la revocación del mandato han ganado terreno en todo el mundo.