En el único debate que sostuvieron los candidatos a la presidencia nacional del PAN, Marko Cortés y Manuel Gómez Morin, las descalificaciones y acusaciones fueron lo que más predominó.
Durante los 50 minutos de debate, pocas fueron las propuestas que realizaron ambos panistas, algunas de ellas similares, como trabajar por la unidad, ejercer el cargo por los tres años y sin buscar alguna candidatura a cargos públicos, escuchar a la militancia, y que sea ésta la que defina si irán en alianza o no con otros partidos políticos.
Poco sirvió el exhorto de la presidenta de la Comisión Electoral, Cecilia Romero, y de la moderadora, la periodista Elisa Alanís, para que en el ejercicio predominaran la mesura y la propuesta.
Manuel Gómez Morin acusó de censura por haber cortado la transmisión cuando daba su mensaje final, y advirtió que solo respetaría los resultados si la Comisión Electoral es objetiva, si los gobernadores y presidentes estatales no intervienen, “aceptaré los resultados si auténticamente se respeta la voluntad de la militancia”.
Mientras que Cortés Mendoza contestó que él sí los aceptará sea cual sea el resultado, pero se dijo seguro de obtener el triunfo el próximo 11 de noviembre, cuando se celebre la contienda interna.
Ambos coincidieron que la alianza Por México al Frente, conformada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC), fue un fracaso, porque desfiguró al partido.