A un año de los sismos de septiembre, la sociedad no está bien informada sobre el fenómeno, sostuvo Xyoli Pérez Campos, jefa del Servicio Sismológico Nacional (SSN). Asegura que aún persisten muchos mitos sobre los movimientos telúricos, aunque, reconoce, que sí existe un mayor aprendizaje en materia de protección civil.
En entrevista con El Sol de México, Pérez Campos detalló que el SSN trabaja con sólo 27 personas que trabajan 24 horas, 7 días a la semana, los 365 días del año o 366 si es año bisiesto, para monitorear todos los sismos que se registran desde Tijuana hasta Yucatán, por lo que pugna por mayor inversión.
Aclara que los sistemas de alertamiento por aplicaciones telefónicas no son efectivas, ya que se pierden segundos valiosos, además de que México no cuenta con la tecnología para contar con un sistema de alerta por esta vía.
En las instalaciones del SSN, la doctora en Geofísica detalló que la dependencia cuanta con 63 observatorios a nivel nacional; 32 en nivel Valle de México y tres en el Volcán Tacaná. Esto parecería un numero alto, pero estamos hablando de 98 estaciones, “pero cuando nos comparamos con otros países como Japón, ellos tienen mil 200 estaciones distribuidas en todo su territorio y nosotros no llegamos a las 100”.
Ante esto, adelantó que se cuenta con proyecto donde se aumentará el número de estaciones por lo que se espera que en dos años más se cuente con un aumento de las estaciones.
-En términos económicos, ¿con cuánto operar el SSN?, se le preguntó.
El monto de inversión para un observatorio sismológico es de tres millones, pero la parte de mantenimiento, no tendría el número exacto en este momento para decir cuánto implica; pero ahora hablamos del personal, somos en total 27 personas laborando en el SSN, con ocho personas que se dedican al mantenimiento y operación de las estaciones y que se la pasan viajando todo el tiempo por el país para mantener las estaciones.
Son siete personas que se dedican al análisis de los datos. Nosotros tenemos que operar 24/7, por lo que debe haber presencia siempre un analista los 365 días del año, 366 si es año bisiesto.
Eso vuelve muy complicado la operación y la necesidad de personal calificado para esa función y sólo son cuatro personas las encargadas de todos los temas de sistemas y administración de sistemas y telecomunicaciones, lo cual resulta poco ya que son personas que generan programas para facilitar la operación y el análisis y son personas que manejan las redes sociales. Realmente se requiere de más personal.
¿Cómo está y cómo funciona el Servicio Sismológico Nacional?
El SSN tiene varios objetivos. El primero es monitorear la sismicidad que ocurre en el país y con ese monitoreo se provee información a las autoridades y a la sociedad. Para lograr con este cometido, es que tenemos una red de observatorios sismológicos que están distribuidos en todo el territorio nacional, desde Tijuana hasta la Península de Yucatán.
Además, colaboramos con otras instituciones que tiene estaciones de monitoreo sismológicas y en total recibimos los datos de 174 estaciones y esos datos, son datos de velocidad, aceleración y desplazamiento y que miden constantemente cómo se está moviendo el suelo en donde se encuentra la estación.
Los datos son enviados vía satélite, internet, radio o celular hasta Ciudad Universitaria en el Centro de Monitoreo. Aquí entran sistemas de adquisición y estos sistemas distribuyen la información a dos vías: una es un sistema automático que está procesando la información de manera continua y en el momento que detecta un sismo inmediatamente inicia con un cálculo automático de localización y magnitud del sismo.
Esto toma aproximadamente unos tres minutos y genera una solución, la cual es publicada en las redes sociales y la página de internet, y con ello la sociedad se entera que hubo un sismo de magnitud mayor de 4 en algún punto de la república.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) depende del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por lo que nuestro presupuesto viene por parte de Geofísica. La UNAM ha sido muy responsable en el manejo de los recursos, ya que al Servicio nunca le ha faltado lo necesario para operar.
Y como estamos adscritos a la UNAM pues debemos esperar a que haya plazas nuevas, pero la UNAM siempre se ha preocupado para que el SSN opere de manera adecuada.
Crece la actividad sísmica
Al sostener que un sismo no puede predecirse, Campos asegura que se ha registrado un incremento en la actividad telúrica del país, pero principalmente en la zona del Pacifico. “De hecho, el número de sismos ha tenido un aumento importante desde 2006 y eso ha tenido que ver con el incremento de estaciones y el incremento de datos que recibimos por colaboraciones que recibimos con otras instituciones”.
Enfatiza que se ha pasado de reportar unos 700 sismos al año, a reportar 15 mil sismos al año. “En el 2017, con el sismo del 7 de septiembre alcanzamos a reportar 26 mil sismos al año. El trabajo requiere a más personal de análisis, pero también se requiere el desarrollo de nuevas tecnologías y nuevos algoritmos para que nuestro trabajo sea más eficiente”.
En la charla con la Organización Editorial Mexicana (OEM), Pérez Campos despeja dudas y dice que es un mito que en los meses de septiembre se registren sismos como si estuvieran programados.
“No. No hay tal cosa. Ahora lo que vivimos es consecuencia del sismo del 7 de septiembre. Ese sismos ha sido anómalo. Pero no se puede decir que haya una temporada sísmica que otra”, comentó.
Lecciones que dejaron los sismos de 2017
La titular del Servicio Sismológico Nacional (SSN) reflexionó sobre los sismos del 7 y el 19 de septiembre del año pasado que dejaron destrucción y muerte. Sostiene que dejaron evidencia de que “vivimos en un país altamente sísmico, la sociedad no esta bien informada del fenómeno”.
“Ya el qué hacer o cómo hacerlo, ya es otro tema, es es un tema de protección civl. En lo que nos compete, que es el fenómeno, hay mucho desconocimiento, hay muchos mitos y desinformación y eso quedo evidente con los sismos del año pasado.
Hemos trabajado mucho en esa parte, pero al momento no tenemos una evaluación muy clara de si hemos logrado impactar. Creemos que sí, porque por ejemplo una de las preguntas más comunes por parte de los medios era si se trataba de un sismo oscilatorio o trepidatorio, lo cual es incorrecto… no hay sismos oscilatorios ni trepidatorios”, aclaró.
Subraya que después del sismo del 19 de septiembre empezaron a cambiar las preguntas y “se preguntaba que era un sismo intraplaca y si vimos ese cambio. Ya la gente empezó hablar de sismos de subducción y sismos intraplaca, que es como se clasifican los sismos. Si hemos visto qué hay un aprendizaje y un mayor impacto. El asunto es no dejar de informar sobre el fenómeno, aunque no nos impacten sismos fuertes”.
No funcionan las apps
La experta sostiene que no son confiables las aplicaciones para los teléfonos celulares que tienen com fin el alertamiento sísmico ya que por la misma latencia (velocidad) de las redes impide que se avise de manera rápida.
¿Por qué el SSN no tiene una aplicación?
Tenemos tiempo tratando de desarrollar una aplicación, pero es una aplicación informativa. Nosotros no producimos ni generamos alertas. Un sistema de alerta, debe tener sensores colocados en las zonas probables donde va a ocurrir un sismo, debe tener un sistema de Comunicación muy eficiente entre ese punto y el punto que quiere alertar y debe tener un medio muy eficiente por el cual emitir el alertamiento.
Hoy en día, las aplicaciones de telefonía móvil no es el mejor medio para emitirlas, porque en México no se ha implementado una tecnología que permita la distribución simultánea de los mensajes vía teléfonos móviles. El recibir un alertamiento en telefonía móvil puede llegar muy retrasado, porque yo fue el último en la cola de los mensajes e inclusive yo podría recibir este alertamiento varios minutos después de que termino el sismo.
El uso de aplicaciones en teléfonos móviles para alertamientos temprano para sismos, hoy en día en México no es lo más adecuado, se pierden segundos, que en términos de sismo son valiosos. Entonces sería irresponsable de nuestra parte con la red que hoy tenemos y con la distribución de nuestras estaciones, pretender un alertamiento que ya estamos gastando tiempo por la distancia entre nuestras estaciones.
Al final de la charla, Xyoli Pérez Campos resumió que los sismos del 7 y del 19 de septiembre fueron “monstruos tremendos” y más el del 7, cuya magnitud fue de 8.2, ya que “es el sismo más grande del que tengamos registro, porque es 50 veces mas grande en tamaño que el sismo del 19 de septiembre”.