El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Sonora exhorta a los padres de familia a supervisar la ingesta correcta de agua y mantener con ello las acciones para el cuidado de la salud de los menores, para así evitar problemas en riñones, entre otros.
La Nefróloga Pediatra del Hospital de Ginecopediatría (HGP) en Hermosillo, Elia Cibrián Valle, destacó que hacer ejercicio y mantener un peso ideal en los hijos, representa la principal prevención ante posibles casos de nefrología.
“Hay muchas acciones que los papás pueden hacer para cuidar los riñones de los niños, por decir un niño sano que no tiene ningún antecedente debe tomar mucha agua, evitar episodios de deshidratación y nunca hay que auto medicar”.
La jefa de Urgencias y Laboratorio del HGP en Hermosillo afirmó que una medicina mal suministrada puede dañar al riñón, órgano que se encarga de limpiar las sustancias tóxicas del cuerpo de cada persona consume.
El riñón trabaja para realizar su función y para eso necesita de mucha agua para depurar las sustancias ingeridas y mantener un adecuado riego sanguíneo, por lo que es mejor ayudarle para que esté limpio, evitando fármacos tóxicos o para el dolor, como Ketorolaco o antibióticos como Amikacina.
Recomendó realizar una detección oportuna de infecciones y para eso lo más básico es un examen general de orina con su médico familiar o general cada seis meses con el programa ‘Control de Niño Sano del IMSS’ y descartar alarmas o bien iniciar estudios posteriores relacionados a insuficiencias renales.
“La gran mayoría se puede detectar en etapas iniciales y aquí es muy importante evitar factores que favorezcan la progresión de la enfermedad a una etapa terminal, que es iniciar diálisis peritoneal, con un catéter en su abdomen para sacar las toxinas y la hemodiálisis, que es poniendo un catéter en un acceso venoso para limpiar con la máquina de hemodiálisis y posterior a eso sería la realización de un trasplante”, detalló.
Afirmó que la obesidad, a un niño que ya tiene un antecedente o una enfermedad de base, puede sobrecargar un riñón previamente dañado y acelerar el proceso de falla renal.