Ciudad de México.- La periodista Astrid Arellano de Proyecto Puente habló con Chapo Barnett, el chamán seri de Sonora -ganador del Premio Nacional de las Ciencias, Artes y Literatura- al que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, pidió una limpia.

El chamán pasea sus manos de arriba abajo sobre las mangas del hombre vestido de traje. Su brazo izquierdo es el más cargado de oscuridad, puede sentirlo, entonces le da otro rozón con la mano y la sacude para deshacerse de lo que está de sobra: cuatro veces el mismo procedimiento, enérgicamente, de los hombros a los dedos.

Enrique Peña Nieto se lo pidió a Francisco “Chapo” Barnett Astorga. “Quería limpia y buena vibra”, narró el chamán de la Nación Comcaac.

Esto sucedió previo a la ceremonia de entrega del Premio Nacional de las Artes, el pasado 2 de abril, en Palacio Nacional, al que el ‘hombre medicina’ fuera merecedor en su categoría de Artes y Tradiciones Populares. Allí, momentos antes de tomarse la fotografía oficial con el resto de galardonados, don Chapito Barnett tomó de los hombros al presidente para ayudarle a liberarse del peso que carga.

“Oficialía mayor y los guardias presidenciales no permiten que nadie toque al presidente, no está permitido abrazarlo ni nada, todo eso viene en el protocolo de seguridad… y el Chapo no, tenía carta abierta para hacer lo que quisiera y el presidente siempre se dejó querer, como dicen, él dejó que el Chapo hiciera lo suyo”, narró Carlos Ogarrio Perkins, académico y biógrafo de Barnett, quien lo acompañó a esta ceremonia, entre muchas otras andanzas durante más de 25 años de amistad.

A decir de Ogarrio, el brazo derecho es el que actúa y ejecuta. Pero el brazo izquierdo es donde se acumulan los ataques y las energías negativas, pues es la mano de la defensa. Allí, Peña Nieto cargaba demasiado.

“Él carga sobre sus hombros todo el destino de un país, entonces él está lleno de cargas negativas porque todo mundo lo sataniza”, continuó Ogarrio, “todo mundo habla mal de él, es el culpable de todos los males del país, es el malo de la película, pues… entonces el Chapo empieza a sacar toda esa energía negativa, tenía muchas cosas y eso fue lo que hizo: liberarlo”.

Sáquelo todo, sáquelo todo, le dijo Peña al chamán

El Chapito está sentado de espaldas al mar, en Punta Chueca, Sonora, esperando un nuevo reconocimiento de parte de su etnia y del Congreso del Estado. Mientras tanto, bromea con un profesor universitario sobre su estancia en Palacio Nacional el pasado 2 de abril.

En medio del bullicio de la fiesta que se le tenía preparada, el tema salió a flote: el chamán le había hecho una limpia al presidente de la República. Proyecto Puente estaba allí y se unió a la conversación.

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