Acapulco, Gro.- El Obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, dijo que en una reunión que tuvo este fin de semana con líderes de una organización de narcotraficantes de la Sierra se comprometieron a no asesinar candidatos en este proceso electoral, y le expusieron una serie de condiciones que deben de cumplir los abanderados.
Rangel indicó que en esta reunión —la cual se desarrolló este Viernes Santo gracias a que le concedieron un helicóptero para su traslado— les fue agradecer a estas personas que hayan restablecido el servicio de luz y agua a habitantes de una comunidad de Pueblo Viejo (del Municipio de Heliodoro Castillo) de la Sierra.
Y es que, según el prelado, hace mes y medio subió a esa zona para pedirles que restablecieran este servicio a la gente de esa zona.
“Yo les explicaba a esas personas que —si bien— había enemigos en ese lugar, pero también hay ancianos, mujeres y niños y gracias a Dios les restablecieron el servicio”, externó el Obispo.
“Aprovechando esta reunión, yo les pedí que no hubiera más asesinatos de candidatos y ellos me prometieron que iban a evitar esto, que iban a dejar una elección libre y que no se iban a meter”, afirmó.
“Ellos hicieron ese compromiso conmigo y espero que lo respeten; yo espero que si”, dijo Rangel con respecto a la entrevista que tuvo con los capos.
Entrevistado después de celebrar una misa en la explanada del mercado central “Baltasar R. Leyva Mancilla” de Chilpancingo, Guerrero, Salvador Rangel señaló que esas personas con las que habló le expusieron dos condiciones para no meterse en el proceso electoral.
“Una, que los candidatos no repartan dinero para comprar el voto y que en su lugar realicen obras en las comunidades como una calle”, mencionó.
El Obispo también dijo que en la plática que tuvo con estas personas le expusieron que un candidato que andaba en campaña les prometió obras, pero ya estando en el poder nunca cumplió.
“La otra gran petición que hicieron estas personas es que los candidatos cumplan con lo que prometen porque después llegan al poder y se olvidan de la gente, y eso es lo que molesta”, aseveró.
Rangel Mendoza, quien en su homilía en el mercado invitó a los feligreses a que recen por las personas que han resultado asesinadas en los alrededores de esta zona, dijo que las veces que va a la Sierra a platicar con los dirigentes de una organización de narcotraficantes acude en helicóptero.
“Ellos me lo mandan (helicóptero), la gente de las comunidades se coopera y me lo mandan”, aseveró.
Sin embargo, señaló que en los próximos días tiene un compromiso con habitantes de la comunidad de Pandoloma para realizar algunas confirmaciones, pero esta vez lo hará por tierra porque —posiblemente— no le prestan el helicóptero o tal vez corra el riesgo de que no lo dejen despegar.
Asimismo, dijo que de ninguna manera informa al Gobierno estatal sobre los encuentros que ha tenido con diversos dirigentes de organizaciones de narcotraficantes.
“Yo soy el Obispo, soy el pastor, yo tengo en derecho de hablar con quien sea porque la Constitución no me restringe con quién debo hablar y con quién no, porque estamos en un País libre y se supone que democrático”, expresó Rangel.
El Obispo indicó que él está en la línea de escuchar todas las voces y opiniones aunque sean contrarias.
—¿Se va en helicóptero?
—Si, ellos lo consiguen, ellos me lo mandan-
—¿Quién o quiénes?
—Las comunidades a donde yo voy, el padre de las comunidades. Todos, ellos se cooperan, ellos saben cómo. Yo digo que no me quieran embarrar de mil maneras con el narcotráfico. Yo me relaciono con ellos, pero como siempre he dicho, yo nunca les pido dinero ni una posición política.
—¿El hecho de que se reúna con sólo un grupo no se pone de lado de ellos?
—No, yo hablo con unos y con otros; yo no pido ningún beneficio personal. Yo lo único que les pido es que no asesinen, que no secuestren, que traten bien a la gente. Ellos me dicen, somos narcotraficantes, no sicarios.
El Obispo Salvador Rangel señaló que el Gobierno en nada resuelve acudir a las comunidades para fumigar los plantíos de amapola.
Elogió a los indígenas de la comunidad de Santa Cruz Yucucani, del Municipio de Tlacoachistlahuaca, quienes recibieron los apoyos (medicinas y alimentos) de parte del Ejército Mexicano, pero se oponían a que se llevaran la amapola.
“A mí eso me da tristeza porque si ellos (el Gobierno) no le llevan un bocado a la boca, cuando menos que no se los quiten”, aseveró.
Rangel indicó que se ha percatado de que en la Sierra el precio de la goma de opio ya bajó y que muchos de los campesinos la tienen almacenada.
Además, señaló que este domingo observó que dos helicópteros del Ejército, presuntamente, se dirigían a la Sierra para fumigar (droga), “y yo digo: para que le menean más el panal de las avispas”.