Dommy Flores es directora de la Compañía La Petaka Teatro. Oriunda de Obregón, Sonora. Esta compañía hoy forma parte del Programa Nacional de Teatro Escolar, cuya premisa es la formación de nuevos públicos.
El trabajo reditúa. Se ejerce desde la vocación y al paso del tiempo las dimensiones de lo que se hace por convicción traen cosechas que satisfacen.
Dommy Flores es la constancia puntual. Apuesta a lo que ama, el teatro. Desde un lugar de su oficina, donde todo huele a escultura, el impostergable ejercicio de picar piedra, pulir notas y edificar sociedades, Dommy atiende esta conversación.
Por principio nos clarifica el contenido de lo que se presentará en el Programa de Teatro Escolar:
“Corazón gordito es una obra conmovedora, escrita por el dramaturgo Saúl Enríquez, quien es muy joven y está produciendo mucho. Esta obra trata sobre la diferencia que hacemos en la familia con los hijos, el caso de la niña que está gordita, que es linda y cómo inconscientemente hacemos esas diferencias entre la niña bonita y la niña gordita. Es la vida de una mujer soltera que se queda con dos hijas, la lucha de ella por convertirlas en alguien. La niña gordita que padece el bullying tremendo de los compañeros, la niña linda que quiere ser artista y en el camino se va encontrando con muchos obstáculos, pero al final de la historia la reflexión que nos queda es que hay que vivir con la comunicación y educación correcta, y saber que al final el amor es lo que triunfa, el estar integrados, el estar queriéndose, amándose”.
–Como hacedora de teatro, ¿Estás en la búsqueda y propuesta de un arte con compromiso social y que comunique? Lo pregunto porque estamos viviendo el postmodernismo, donde hay quienes proponen alejarse del espectador, incomunicarse.
–Sí. Nuestra compañía, en la que tenemos más de veinte años trabajando, ha tenido varios premios a nivel estatal, normalmente en las Muestras de Teatro en las que hemos participado y en las que hemos quedado con algún premio, han sido justamente obras que hablan de lo que nos está sucediendo, de lo que nos atañe en la sociedad. Y tratando de buscar esos textos que nos muevan, nos conmuevan, que nos digan cosas, que nos cuenten historias que nos lleven a la reflexión.
–La Petaka Teatro es una prueba fehaciente de que se pueden hacer cosas más allá del centralismo, porque ustedes no radican en la capital del estado, donde parecería que se concentra el movimiento o los presupuestos. ¿Cómo se le hace para permanecer?
–Creo que, así como nosotros, están muchos. Por no vivir en la capital, donde los proyectos se quedan allí, no bajan a nuestras comunidades y donde a veces no nos llegan las convocatorias. En la compañía trabajamos mucho, porque nos mueve la pasión, el compromiso con la sociedad. Estamos casadísimos con esta apasionante labor, desgraciadamente tan castigada a veces, y ¿Cómo sobrevive La Petaka? La Petaka ha sobrevivido desde hace tantos años por la pasión, por amor al teatro, con un grupo de gente que desde que empezamos estamos los mismos, claro que incluimos a otros actores que van llegando y que vamos formando en el camino. Pero la característica de la compañía es que somos casi los mismos desde que la formamos, desde la primera vez que fuimos a una Muestra de Teatro en Hermosillo, y que aquí casi nos excomulgan por habernos ido a esa muestra y que ganamos. Nos mueve la pasión, creo que en la medida en que se encuentran a otras personas que también esa pasión es la misma, porque todos los integrantes de la compañía tienen sus trabajos en otros lados, pero nos juntamos en un momento de la tarde a inventar, a crear, a soñar, y eso nos mueve mucho. Parte muy importante de esto es la pasión por lo que haces, lo que te gusta. Y sobrevivimos porque, fíjate, en La Petaka tenemos un centro cultural y es un espacio independiente donde se da la inclusión de chavos que quieran estudiar teatro, canto, expresión corporal. Entonces también de esto subsiste la compañía, por eso podemos producir, pero más que nada es el gusto por hacer y hacer de nuestra sociedad una sociedad más plena. Cajeme está ávido, y no nada más Cajeme, creo que todos los lugares del mundo, pero como nosotros somos de aquí, sabemos las necesidades que tenemos y pues le luchamos y trabajamos mucho por nuestra gente.
–Tomando en cuenta estos antecedentes, ¿qué significa para ti que tu compañía haya sido seleccionada en el Programa Nacional de Teatro Escolar?
— Ha sido una maravilla, un gran premio para nosotros, porque nunca había estado en Cajeme este proyecto, somos los primeros en obtenerlo y en el cual se verán beneficiados más de nueve mil niños, eso nos mueve y conmueve. Y que se voltee a ver nuestra ciudad es para nosotros lo más importante.